En la segunda semana del juicio por el femicidio de Jimena Salas continúan las declaraciones de los más de 100 testigos citados. Este lunes prestarán declaración ocho personas, entre ellas un contador que en 2017 realizó un informe para la investigación, también una vecina, un policía, entre otros.
El contador contó que su misión era identificar si existía un incremento patrimonial injustificado en relación a tres personas investigadas, entre ellas Nicolás Cajal Gauffin, imputado en la causa por el delito de encubrimiento agravado en perjuicio de la Justicia. En este sentido, el profesional aclaró que no se identificó ningún inconveniente patrimonial injustificado.
Por su parte, una vecina del barrio San Nicolás de Vaqueros contó que ella estaba de vacaciones cuando fue el femicidio y que una amiga se había quedado al cuidado de su casa. El 23 de enero de 2017, esta persona se comunica con ella para contarle que un hombre había pasado por la vivienda preguntando por los dueños de un perro. Su amiga le envió fotos del caniche y ella le indicó que no era de la zona y que lo dejara ir. En las imágenes vio que la persona estaba dentro de su propiedad y no se le veía el rostro. También contó que el hombre le dijo un nombre y le dio un número de teléfono para contacto, incluso ella se ofreció a cuidar al animal pero él no accedió.
Luego declaró la amiga que estaba al cuidado de la casa de la vecina. La mujer ratificó que el 23 de enero se presentó un hombre de entre 25 a 27 años, delgado y de tez blanca, que tenía un perro entre sus manos. Le siguió el testimonio de un policía que se desempeña en la Unidad Especial de Investigaciones del Ministerio Público. El agente tomó intervención en la investigación meses después de iniciada, además estuvo encargado de ubicar uno de los vehículos investigados, y de realizar un estudio sobre las relaciones de la víctima y sus redes sociales.
El efectivo dijo que Vargas (imputado como participe secundario del femicidio) era vago, no vendía nada y que era propenso al consumo de alcohol. Refirió que al investigarlo, su suegra y su cuñada dieron malas referencias. Su suegra dijo que las sandalias que ofrecía, las había comprado ella como regalo para sus nietas.