Tres días y tres noches pasó una mujer buscando desesperadamente a su hija de 17 años, que padece un retraso madurativo, entre distintas bandas delictivas al este de la ciudad de Salta.
Tras rastrear casa por casa del barrio Solidaridad, la joven madre divisó a un encapuchado que trasladaba a la menor, visiblemente golpeada y maltratada, hacia su domicilio.
Soledad Sánchez, madre de la menor de edad, contó en diálogo con El Tribuno, sobre las 72 horas de desesperación y búsqueda que sufrió tras la desaparición de su hija. La mujer relata que aún sabiendo donde se encontraba y quien la retenía, la policía le contestó que su hija no era la única desaparecida, y que buscaban a otras 5 jóvenes y 90 mil pesos.
La mujer contó que la banda de delincuentes que mantenía cautiva a su hija, para satisfacer sus deseos y acompañar sus adicciones, se llama "Los Decididos" del barrio Solidaridad. Su líder fue a quien la madre de la menor sorprendió trasladando a la menor. Según el relato de la madre, al verla, el sujeto ingresó a la vivienda y se atrincheró en ella.
"Ningún policía quiso detenerlo, me decían que debía denunciarlo primero. Yo solo había logrado llegar hasta su nombre de pila, el tal Ale, jefe de los Decididos", manifestó Sánchez, y continuó: "Lo peor es que no la quisieron revisar ginecológicamente ni tomarle muestras de orina ni sangre para hacerle los estudios toxicológicos. Así me la entregaron, así es el protocolo oficial. Nada. Ninguna asistencia. Desde que llegó a casa durmió casi 20 horas, no recuerda nada. La destruyeron, otra vez", dijo la mujer.
"Cuando vi que la policía no la buscaba, que la Brigada de Investigaciones no me atendía siquiera, salí a la calle. Casa por casa, esquina por esquina. Recorrí cientos de calles entre el miércoles y el sábado a la madrugada cuando la encontré. Pedí ayuda al 911 cuando me batieron que se hallaba secuestrada por el jefe de "Los Decididos." Me contestaron que les dé la dirección exacta del domicilio del jefe, el nombre completo del mismo y que rubrique una denuncia contra él".
La mujer continuó su odisea casa por casa y fiesta por fiesta, hasta que un joven la ayudó con un pedazo de información. "El sábado decidí pasar toda la noche en las cientos de fiestas que se realizan en las casas y salones de Solidaridad. En una de estas fiestas un muchacho me dijo que estaba con el Ale, el jefe y me dio las coordenadas de un aguantadero en barrio Libertad".
"No quería ir sola pero la Brigada no me contestaba y la policía exigía el número de casa y la calle para dirigirse y yo solo tenía la explicación de un muchacho que se apiadó de mí. Como pude llegué a la noche. Me quedé sentada hasta que vi que venían varios encapuchados y traían a mi hija cayéndose, directo al aguantadero ahí salí les grité como si fueran perros y los otros huyeron, el tal Ale me miró desafiante y por esas cosas de la vida aparecieron dos patrulleros que estaban allí por otras causas".
"Ellos me ayudaron con mi hija tambaleante pero tampoco detuvieron al jefe. Lo demás fue el famoso protocolo de lavarse las manos. No te veo, no te reviso y te vas a la casa", señaló la mujer.
Sánchez explicó que su hija le suplicó que no hicera nada por que el "Ale" la había amenazado de muerte, y que era la tercera vez que se la llevaban y la drogaban, entre otras cosas.
"No voy a esperar que eso pase. Es la tercer vez que se la llevan y la drogan para sus locuras. Basta. No voy andar más en las noches, para eso está la justicia y la policía. Mi hija necesita tratamientos y seguridad".
“Hace poco desapareció una chica y resulta que la hallaron violada por decenas en una casa de Siglo XXI. A eso queremos llegar. A que no regresen al hogar sino muertas. Ese no es respeto del Estado para con las mujeres”, dijo.