Condenaron a prisión perpetua al prdoductor agropecuario alemán que envenenó a dos peones que trabajaban en su finca en el paraje Palomitas, a 60 kilómetros de Salta Capital. Uno de ellos murió, el otró sobrevivió y lo llevó a juicio. Hartmut Torsten Theobald deberá además pagarle 9.000.000 de pesos en concepto de reparación a la familia de la víctima fatal.
Sucedió en 2018 cuando el propio Hartmut dijo que había encontrado muerto a Ramón Ignacio Casas en la casilla donde vivía dentro de su finca. Luego se comprobó que había sido envenenado. Incluso la familia de la victima contó que tenía una mala relación con su patrón porque lo había denunciado en la AFIP.
Ese mismo año Benito Soraire contó que había encontrado a cuatro perros muertos en su casa y que el lunes siguiente su patrón le entregó una bolsa con carne. El peón empezó a sufrir vómitos y mareos y fue trasladado al hospital de General Güemes, donde le salvaron la vida.
En su declaración, el ahora condenado reiteró su inocencia. Sin embargo, la acusación que argumentó el fiscal Ramiro Ramos Ossorio en su alegato fue contundente. "No tenían ni agua y vivían prácticamente en la esclavitud", expresó Ramos Ossorio sobre las condiciones "infrahumanas" en las que vivían las víctimas. Además, consideró que el patrón ideó "un plan para deshacerse de Casas y Soraire, entregándoles carne con una sustancia tóxica conocida como Furadan".