Debido a problemas de salud que se agravaron en el último tiempo, Claudio Corvalán se alejó de la radio, pero su huella es imborrable. El locutor falleció este lunes a la madrugada y la noticia tuvo un impacto enorme, mucho más allá de los límites físicos de su carrera profesional con epicentro en Rosario.
El conductor de “Sensaciones” tenía 78 años y vivía en Casilda, unos 60 kilómetros al oeste de la ciudad. Desde allí realizó los últimos viajes hacia los estudios del grupo Televisión Litoral (TVL) en la etapa final de un programa icónico de la región.
Corvalán fumó durante buena parte de su vida y desarrolló enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Sin embargo, decidió continuar al aire en la medida que su salud se lo permitía.
Antes del legendario ciclo “Sensaciones”, el conductor trabajó en cine y televisión con el mismo perfil de galán que luego cultivó en la radio. Uno de sus hitos fue “Yo también tengo fiaca”, la película de 1978 en la que interpretó a un conquistador del personaje de Susana Giménez.
Corvalán falleció a las 2 de la mañana tras algunos problemas cardíacos que agravaron los efectos de la enfermedad que ya tenía. Como amigo y compañero de trabajo, Oscar Balotto recordó que el conductor sobrellevó el EPOC “muy bien durante bastante tiempo”, de modo que volvía a ponerse frente al micrófono cuando se recuperaba.
Claudio Corvalán, el locutor que rompió esquemas con “Sensaciones”
Dueño de una voz seductora y amante de la música sin distinción de género, Claudio Corvalán construyó un programa que rompió los estándares de la radio. “Sensaciones” competía mano a mano con el sonido de las emisoras FM por las tardes gracias a su propuesta y su estilo.
El ciclo del locutor se desarrolló durante 38 años y rebasó los límites de Rosario. Además de su actividad en el estudio, el conductor recorrió buena parte de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos como animador de diferentes encuentros.
“Acá no se conocía una voz tan grossa”, destacó Balotto este lunes en un reportaje con Radio 2. El DJ fue cómplice de las aventuras de Corvalán durante muchos años y concluyó: “Empecé como compañero de trabajo y me convertí en un hermano”.
