Este jueves se cumplen 6 años de la marcha que cristalizó el movimiento “Ni Una Menos” contra los femicidios y la violencia de género en Argentina. El detonante fue el crimen de Chiara Páez, cuya madre relativizó la importancia de la condena y afirmó: “Lo único que es perpetuo es que yo no tengo más a Chiari”.
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La mamá de la adolescente asesinada por su novio en Rufino cuestionó la demora de la Corte Suprema de la provincia para abordar el caso y consideró que es una “falta de respeto”. El fallo de segunda instancia contra el acusado se dictó hace tres años y aún no se trató la apelación del mismo.
“Quisiera que la cadena perpetua sea como el significado de la palabra”, le dijo a Verónica Camargo a Télam en relación a la sanción máxima que contempla el Código Penal. Manuel Mansilla, el joven que salía con su hija, fue condenado a 21 años y 6 meses de prisión por el asesinato.
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La mamá de Chiara afirmó que mantiene sus críticas hacia la Corte de la provincia “más allá de toda esta situación de pandemia”. La sentencia de primera instancia fue confirmada el 2 de marzo de 2018 por la Cámara de Apelaciones de Rosario.
Un proceso lento
Al momento de los hechos, el novio de Chiara era adolescente. Cuando lo declararon culpable por primera vez en septiembre de 2017, ya había alcanzado la mayoría de edad. El fallo lo firmó el juez Javier Prado y se ratificó seis meses más tarde.
Sin embargo, a tres años de aquella confirmación el máximo tribunal santafesino de Justicia aún no resolvió un recurso interpuesto por la defensa del condenado, señalaron voceros del Poder Judicial.
Chiara desapareció la madrugada del 10 de mayo de 2015 luego de salir con un grupo de amigas y decirles que iba a encontrarse con su novio, quien entonces tenía 16 años.
A raíz de la denuncia, la Policía rastrilló el pueblo junto a los vecinos para encontrarla. Horas después encontraron el cadáver enterrado en el patio de la casa familiar de Mansilla, quien según las pericias, la mató a golpes.
Un embarazo previo al crimen
La autopsia determinó que la adolescente había tomado un antiflamatorio utilizado para abortar, pues cursaba un embarazo de ocho semanas que su madre había aceptado, pero que la familia de su novio no quería continuar.
“A Chiara la encontraron en esa casa, en ese pozo, en ese patio, y que la Justicia todavía tenga tantas vueltas, a seis años que no tengamos una sentencia firme, la verdad es que me duele”, dijo Camargo.
La mujer pidió que “aunque sea confirmen esos 21 años y seis meses, que sean reales y definitivos y no seguir dando tantas vueltas”.
En ese sentido, Camargo apuntó que la mora judicial es parte del problema de la violencia de género y opinó: “Por eso sigue habiendo tantos femicidios y tantos hechos de violencia”. También cuestionó los derechos que asisten a los agresores y la falta de apego estatal a la suerte de las víctimas y sus familiares.
“A veces en vez de investigar más al victimario se lo hace con la víctima?, dijo la mamá de Chiara. “Como madres no buscamos ni la pena de muerte ni la justicia por mano propia, lejos está eso de nosotras, pero duele tener un sistema que no trabaje como corresponde”, concluyó.