Habló la enfermera asaltada en Rosario: “Veía cómo en un minuto se fueron cinco años de sacrificio”

Al llegar a su trabajo fue abordada por dos delincuentes, que luego de golpearla para sacarle todo lo que tenía, se fugaron con su auto.

Habló la enfermera asaltada en Rosario: “Veía cómo en un minuto se fueron cinco años de sacrificio”
Habló Nadia, la enfermera rosarina víctima de un violento robo.

Mientras se recupera de los golpes que sufrió producto de un violento robo, Nadia, la enfermera, analizó su reacción, y si bien se cuestiona lo peligroso que fue, remarca que fue en respuesta a la impotencia de que los delincuentes le arrebaten lo que tanto le costó conseguir.

El robo se produjo el pasado lunes en la zona de Entre Ríos al 5700, los delincuentes abordaron a la enfermera para llevarse su auto y pertenencias. Ante la resistencia de la mujer, fue brutalmente golpeada: la tiraron al piso hasta sacarle sus cosas.

Qué dijo la enfermera, víctima del violento robo en Rosario

Ví el video y me dije ‘qué locura, qué hice’, pero en ese momento no fui consciente de la lucha por mi auto”, sostuvo Nadia en diálogo con Telenoche Rosario, y agregó: “No quería que me lleven el auto porque veía cómo en un minuto se fueron cinco años de sacrificio, de juntar moneda por moneda con doble empleo”.

La violenta secuencia duró uno par de minutos, pero para Nadia “fue una eternidad”. Al mismo tiempo, la mujer contó que su familia “me decía ‘agradecé que estás con vida’, porque se llevaron todo y no me quedó nada en las manos”.

Además, sostuvo que el barrio es muy inseguro: “Sufrimos robos continuos y nunca vemos pasar los patrulleros. La zona es muy insegura”, detalló. Vale aclarar que el robo se produjo cuando ella estaba por ingresar a su trabajo en el neuropsiquiátrico.

La mujer reiteró que sigue buscando datos que la ayuden a dar con el auto. “El que trabaja y se esfuerza, ve cómo le arrebatan lo conseguido en un minuto, pero agradezco que estoy con vida”, señaló Nadia, que ahora está “un poco mejor”, pero luego del robo “no podía hablar sin llorar” por esta impotencia que relata.