Un joven de 19 años falleció el último jueves tras un ataque a balazos en la zona oeste de Rosario. De acuerdo a la primera teoría sobre el homicidio, los autores del homicidio lo mataron para enviarle un mensaje a un preso que forma parte de su familia, dueña de la distribuidora donde estaba trabajando en el momento de los disparos.
La fiscal Gisela Paolicelli confirmó la hipótesis de la investigación el día después del asesinato en Provincias Unidas al 2300. Apenas trascendió la denuncia, la muerte de Ignacio Brítez sembró preocupación porque los agresores dejaron una nota junto al cadáver, un método empleado por los delincuentes que gestaron la ola de amenazas a Maximiliano Pullaro y Patricia Bullrich.
¿Cómo fue el crimen en la distribuidora de la zona oeste de Rosario?
El homicidio en la distribuidora del barrio Belgrano Sur ocurrió alrededor de las 16, cuando dos personas llegaron en motocicleta hasta la distribuidora ubicada entre La Paz y Viamonte. El muchacho estaba operando un montacargas y los asesinos lo balearon sin mediar palabra.
Brítez se cayó de la máquina por el impacto de los proyectiles. Mientras estaba tendido en el piso, los atacantes lo remataron y tiraron un cartel escrito antes de la huida.
El crimen sembró el terror y el desconcierto en la zona de la distribuidora Tizzy. De acuerdo a la información del Ministerio Público de la Acusación (MPA), no fue el primer episodio violento que vivieron los dueños del comercio.
Luego del operativo en Provincias Unidas al 2300, Paolicelli precisó que la nota de los delincuentes iba dirigida a un preso de la Unidad Penitenciaria 6, en avenida Francia al 4800. La funcionaria sospecha que el interno tiene “problemas en su lugar de detención” y los atacantes mataron a uno de sus parientes por eso.
Entre los antecedentes del caso se destaca un “movimiento de pabellones” en el penal ubicado detrás de la Jefatura de Policía de Rosario. La fiscal también evalúa la posibilidad de que el conflicto esté vinculado con el narcotráfico, aunque esa línea de investigación es incipiente.
Lo cierto es que la familia que maneja la distribuidora ya había sido amenazada en otras oportunidades. De hecho, Brítez fue víctima de una balacera previa al crimen.
El asesinato en la zona oeste ocurrió horas después de la presentación de un informe oficial sobre la drástica caída de los homicidios en el departamento Rosario. El primer semestre se cerró con 58 muertes, la menor cantidad en los últimos 12 años.