No lo encontrabas caminando por la calle, ni tampoco lo conocías por aparecer demasiado en las primeras planas de los medios. Su mejor publicidad era el boca en boca y se llegaba a él generalmente por recomendación o tradición familiar. Ofrecía desde cocktails tradicionales hasta cafés al paso, menús ejecutivos hasta abundantes platos, grandes bailes a jornadas líricas. Pero este 8 de marzo, y después de medio siglo de vida, Paco Tío cerró definitivamente sus puertas y entró en la memoria de los rosarinos más nostálgicos.
Su original ubicación (dentro de la Galería Paseo del Patio de Sarmiento 778) le brindaba a sus asistentes un espacio para alejarse del bullicio de la calle, mientras que su decoración tradicional y ambiente de los '60 contribuían a generar un clima propio de otros tiempos, mucho menos acelerados.
"Estábamos a punto de cumplir 50 años y se había convertido en un clásico de Rosario, tanto por sus tragos y sus comidas como por su parte cultural", dijo a Vía Rosario Pepe Quinteros especialista en cocktails que se hizo famoso por sus apariciones en el cierre del noticiero de 12 a 14 en épocas de Julio Orselli en los '90, y quien estuvo al frente de Paco Tío desde 2006.
"Todos los sábados, después de que cerraran los negocios, era una tradición pasar por Paco Tío a relajarse y tomar algo. Nos caracterizábamos por la calidad de los ingredientes, la preparación y presentación original y los shows", detalló Quinteros.
Cuenta que además de la clientela tradicional que tenían –y que era importante- por el local pasaron grandes personalidades de la ciudad, bandas de todo tipo y hasta cantantes líricos. "Los viernes solíamos organizar bailes, mientras que los sábados había galas que no se veían en otros lugares", apuntó y se lamentó que nunca se haya valorado este aporte desde la Municipalidad.
"La verdad es que nos podrían haber ayudado más, pero nos pusieron muchas trabas", se quejó. Y es que al momento de renovar la habilitación surgieron algunos inconvenientes con el Drei. Quinteros pidió tiempo para regularizar la situación pero no se lo dieron. Esto se sumó a una caída en el número de visitantes y al aumento del alquiler.
Además, los vertiginosos cambios en la cultura gastronómica de las últimas décadas, dejaron fuera de foco a un espacio clásico entre los mayores de 50, pero ignoto para los más jóvenes.
"Además de los rubros de siempre y la cafetería, le habíamos agregado los menús ejecutivos e intenté de todas formas mantener el negocio a flote, pero no pude hacerlo y esta semana tuve que entregar las llaves", confesó con dolor el reconocido barman. De esta manera debió interrumpir su sueño, ese que había iniciado cuando entró por primera vez como empleado de Paco Tío allá por el '88, y del que se despidió como dueño casi tres décadas después.
"Era como mi tercer hijo porque lo construí con mucho esfuerzo. Me quedo con los mejores recuerdos de este lugar que ya no se ve en la ciudad", cerró Pepe.
Foto: @fontijm