Una verdadera pesadilla fue la que sufrió Carlos Rubulotta, empresario de la construcción, de 42 años, que paró en la autopista Rosario-Buenos Aires a la altura del acceso de General Lagos, cuando alguien desde la banquina pedía ayuda.
Cuando el hombre se detuvo, empezó su calvario. Apenas frenó y bajó de su camioneta Audi, último modelo, un fuerte golpe en la cabeza lo sorprendió. Fue allí cuando los delincuentes lograron reducirlo, lo ataron de pies y manos.
A los pocos minutos, despojado de sus efectos personales, del dinero e incluso sus ropas, Rubulotta fue obligado a bajar en un camino rural y los asaltantes se llevaron su vehículo.
Semidesnudo, el empresario pudo llegar por sus propios medios hasta la estación de peaje de la autopista, donde contó lo sucedido y pudieron llamar a la policía. Además, allí recibió las primeras curaciones por un corte en la cabeza producto del golpe. Luego fue asistido en una clínica privada de Rosario.
La camioneta apareció luego abandonada en calle Lavalle al 300 en Villa Gobernador Gálvez, del vehículo faltaban todos los elementos de valor, aunque el Audio no tenía marcas ni choques.
Si bien Rubulotta, no pudo mencionar en detalle las características de los asaltantes, así pudo dar cuenta que quien pedía ayuda en la banquina era un hombre que estaba solo y al lado de un Volkswagen Polo negro.
