Fabricio V. llamó en septiembre de 2016 al Colegio Estanislao López de Oroño al 900, diciendo que había una bomba e hizo lo propio en el 911. Fue una de las primeras llamadas de una saga que luego afectó -y continúa generando problemas- para instituciones educativas fundamentalmente del centro. A partir de una investigación del Ministerio Público de la Acusación (MPA) pudo dar con el joven, que tiene 20 años, y ahora pide que cumpla con una pena de 3 años de prisión.
La solicitud de Fiscalía es de reclusión, pero de ejecución condicional por el delito de intimidación pública. Ahora, el juez Juan Andrés Donnola tiene 10 días para definir si acepta o no el planteo del fiscal Fernando Rodrigo a cargo de la instrucción.
"La llamada la hizo el joven desde un teléfono celular a pedido de dos amigas que se lo solicitaron vía Whatsapp, que iban al colegio y que ese día debían rendir un examen", fue lo que aarentemente delcaró Fabricio, que incialmente fue declarado en rebeldía tras evitar asisitr al MPA en trres oportunidades.
"Al poco tiempo había en la puerta de la escuela un amplio operativo de seguridad, unos 700 alumnos fueron evacuados, muchos docentes y no docentes además de la conmoción que generó en toda la zona", mencionó el fiscal, sobre la reacción en el perosnal de seguridad que desencadenó la falsa alarma.