Aprovechando la cuarentena y que nadie sale de sus hogares, vándalos que no solo no cumplen el aislamiento social obligatorio, salieron a destruir todo lo que encontraron a su paso y que se construyó durante tanto tiempo y mucho esfuerzo.
Este sábado, el concesionario del lugar, Pablo Ludueña, al volver a su lugar de trabajo luego de varias semanas sin ir por no tener permitida su actividad, se encontró con el peor de los escenarios: los asadores construidos durante la última temporada, estaban destrozados.
Y no solo eso, también se robaron reflectores, cables y hasta las canillas, además del motor de un freezer.
Ludueña compartió las imágenes lleno de impotencia y dolor ante el gran daño hecho en todas las instalaciones.