Los rafaelinos tuvimos un domingo repleto de emociones. Es que el clima pasó por todos sus “estados de ánimo” posibles para un verano que ya nos da su segunda ola de calor.
Para las 8, cuando todavía no había “levantado el sol”, ya había dos grados más de sensación térmica, pasando 26 a 28 grados centígrados. A las 9, la térmica era de 30° y para las 13, ya había alcanzado los 40°C. Si bien la temperatura era de 32.7 °C, la alta humedad (62%), complicaba todo el panorama.
Para las 16, la temperatura subía a 34.8 °C, pero la sensación térmica ya era de 42.2 °C, “gracias” a la humedad del 55%. La presión estaba por abajo de los 1000 hPa, anticipando una tormenta.
La misma llegaría una hora después: quienes disfrutaban de la pileta, debieron salir presurosos a guarecerse. Aquellos que tenían autos, también fueron raudos a guardarlos: en algunas zonas de la ciudad (como el barrio 9 de Julio), cayó algo de granizo. No muy grande, pero el primero del año. Regía un alerta por tormentas a corto plazo.
Fueron (extraoficialmente) unos 7 mm. Pero los suficientes como para que cambie el clima: la temperatura cayó a 25.4 °C y la térmica la igualó. Es decir, en solo 2 horas bajó 16 grados lo que sentían los cuerpos de los rafaelinos.
La humedad seguía alta y la presión, baja. Hay vigente un alerta amarillo para la madrugada y mañana de este lunes. La inestabilidad seguiría hasta el miércoles incluido. Después, llegarían las mejoras y bajan -un poco- las temperaturas.