El Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe recuerda la importancia de tener al día los esquemas de vacunación del Calendario Nacional, que es obligatorio y gratuito, especialmente en el marco de un brote de sarampión en CABA y Provincia de Buenos Aires. En una reciente comunicación epidemiológica del Ministerio de Salud de la Nación se actualiza información sobre la confirmación de seis casos de sarampión residentes en CABA.
El primer caso confirmado de este grupo, fue el de una niña de seis años, con antecedente de viaje junto a su grupo familiar desde Rusia con escalas en Vietnam, Dubai y Río de Janeiro. En la provincia de Buenos Aires en tanto, se confirmaron dos casos de personas residentes en Florencio Varela: el primero desarrolla su actividad laboral cerca de donde sucedieron los demás casos y el segundo es un familiar cercano.
La medida más efectiva
Al respecto, la secretaria de Salud de la provincia, Andrea Uboldi, explicó que “es importante comprometer a la población para revisar y completar los esquemas de vacunación previstos en el Calendario Nacional según la edad, para evitar la reaparición de enfermedades que gracias a las vacunas ya no se presentaban con frecuencia”.
En ese sentido, y en línea con las recomendaciones de la cartera nacional recordó que “gracias a la vacunación sostenida, Argentina interrumpió la circulación endémica del sarampión en el año 2000, y desde entonces se registraron brotes cortos”. Ahora bien, agregó Uboldi, “mientras el sarampión continúe circulando en otros países, y ante la disminución de las coberturas de vacunación, Argentina presenta un alto riesgo de importación de casos y desarrollo de brotes”.
“Generalmente los lugares de los que provienen los casos importados, son países donde los esquemas de vacunación no están suficientemente fortalecidos. Estos viajeros ingresan al país y, como consecuencia, generan brotes de la enfermedad. Por este motivo, es fundamental que mantengamos nuestros esquemas de vacunación al día”, enfatizó.
Ciclo lectivo y recomendaciones
El regreso a las aulas y otros espacios donde se desarrollan las actividades escolares supone el contacto estrecho entre niños, adolescentes y adultos, la convocatoria a reuniones y actos escolares con gran afluencia de personas y un incremento del desplazamiento de la población, constituyendo así un escenario que facilita la propagación del virus del sarampión, altamente transmisible. Por eso, considerando el inicio del ciclo lectivo y la práctica de esas actividades educativas, deportivas, recreativas y sociales, resulta fundamental contar con las vacunas que contienen protección para sarampión (triple viral), de acuerdo a las recomendaciones vigentes.
Por ello Salud recordó que la vacuna contra el sarampión se llama triple viral (TV) y protege además para rubéola y paperas.
- Los niños y niñas reciben su primera dosis a los 12 meses.
- Los mayores de 5 años, adolescentes y personas adultas deben acreditar dos dosis de vacuna con componente contra sarampión después del año de vida (doble o triple viral) o contar con anticuerpos (defensas) demostradas en un análisis de sangre (serología IgG positiva para sarampión y rubéola).
- Las personas nacidas antes de 1965 se consideran inmunes porque estuvieron expuestas al virus y no necesitan vacunarse.
¿Qué es el sarampión y cuáles son los síntomas?
El sarampión es una enfermedad viral aguda, muy contagiosa y potencialmente grave. Se propaga principalmente por vía respiratoria, de persona a persona, y por el contacto con superficies contaminadas. El virus, presente tanto en el aire como en superficies, mantiene su capacidad de contagio durante dos horas.
Los síntomas de la enfermedad son fiebre alta y erupción (sarpullido), sobre todo en cara y tronco, que se extiende al resto del cuerpo. Pueden agregarse también secreción nasal, conjuntivitis y tos catarral; y presentarse complicaciones como neumonía, convulsiones, meningoencefalitis. Por estos motivos es importante tener el esquema de vacunación al día, de acuerdo a la edad; y consultar ante la aparición de fiebre y manchas en la piel, en los efectores de salud públicos y privados.