Leonardo Viotti cumple este 10 de diciembre su primer año como intendente de Rafaela. Su llegada al poder fue toda una novedad: un radical regresaba al poder después de más de 3 décadas de gobiernos peronistas.
A diferencia de lo que en otros medios ocurre, en donde repasan diferentes hechos para hacer un balance, VíaRafaela propone otra forma: que sea el propio lector el que analice y de su opinión respecto de este primer año.
Lo que sí podemos contar fueron algunos hechos, como mojones, de lo que fueron estos doce meses. O más, si contamos un proceso de transición histórico, en donde muchos supusieron que el traspaso de mando iba a ser catastrófico y, en realidad, no lo fue. Aunque, sí, con posterioridad, ocurrió lo que pasa en cada gestión: se responsabiliza a la anterior por cosas que no andan bien.
El primero de esos hechos y que hizo mella en la ciudad fue lo que ocurrió en el verano: los espacios públicos aparecían con el césped alto. ¿El motivo? La falta de tanza para las motoguadañas. Algo muy sencillo, pero que le mostró a la actual gestión que muchas veces son los pequeños detalles en donde ocurren situaciones complicadas.
Los primeros meses del año fueron para la administración local, de zozobra, por los acontecimientos a nivel nacional. Nadie sabía bien qué iba a ocurrir con la economía y la inflación disparada traía repercusiones diarias.
Una de las primeras complicaciones políticas fue el reconocimiento de la compra de dólares. Dijeron que fue para reponer los que había usado Castellano durante su gestión. Pero fue uno de los primeros temas políticos de discusión.
La oposición le remarcó el fuerte incremento de los tributos y la falta de decisión política por parte del Concejo. Desde un punto de vista moral, el PJ tiene razón. Desde un punto de vista práctico, nada que el PJ no hubiera hecho cuando tenía el Ejecutivo y mayoría en el Concejo Municipal.
La relación con la provincia es, quizás, un punto a resolver. Son del mismo partido con el gobernador Pullaro, pero no hay radicales en el gabinete provincial. Los pocos que hay son del PRO: Mauricio Basso y la esposa de Ceferino Mondino, quien lo había apoyado al nacido en Murphy en las PASO y recientemente rompió relaciones con el oficialismo. Algo que se preveía desde antes de que asumiera Viotti. Pero, no por sabido, deja de ser un golpe.
Pullaro prometió una gran cantidad de obras, pero, por lo pronto, no se han llamado a licitación ninguna de ellas. En particular, las que deben estar terminadas para los juegos Odesur, en donde Rafaela será sede. Es cierto que es una responsabilidad provincial. Pero al ser del mismo signo político, sería imposible que no se le adjudique responsabilidad al gobierno local (aunque no la tenga efectivamente).
La relación con el Concejo Municipal fue discreta, como por lo general lo es entre el DEM y el Cuerpo Legislativo que, dicho sea de paso, carece de una agenda legislativa propia. No es algo nuevo, pero el cambio de signo político no hizo más que ratificar que se vota lo que se lleva desde el Ejecutivo. Temas como el uso de suelo a la vera de la Variante o una actualización del Código Urbano no fueron tratadas. Otras, como por ejemplo la nocturnidad, paso todo un año en reuniones, sin poder votar una normativa.
La seguridad es todo un tema: hay un mar de fondo con el Fiscal Regional Carlos María Vottero, que recientemente se retomó a partir de declaraciones del Ministro de Seguridad, diciendo que los delitos predatorios habían bajado un 40%, mientras que desde el MPA insisten que sufrieron un incremento del 25%. Es cierto que la estadística puede permitir diferentes lecturas. Pero nunca nada tan distante.
La relación con las vecinales es tensa. En particular, con algunas. Basta recordar lo que sucediera con algunas, en donde quedaron enfrentadas con el DEM.
¿Qué falta en el balance? ¿Qué le agregarías?