Este jueves, el Concejo Municipal debatirá los tres proyectos respecto del límite agronómico sobre donde se puede y donde no aplicar fitosanitarios o agroquímicos.
El que más chances de aprobarse es el de Juntos por el Cambio. En este se prevé mantener los actuales 200 metros, pero definir que en sólo 50 no puede haber ninguna aplicación y habilitar los de base biológica en los otros 150 m. Ese límite podría ampliarse recién en 2025, con la simple firma del intendente, ad referendum del Instituto para el Desarrollo Sustentable y el Consejo Ambiental.
El del concejal demoprogresista (FPCyS), Lisandro Mársico es el más conservador de todos: mantiene la distancia y aumenta los controles. Y el primero que se va a votar es el del PJ, presentado por Brenda Vimo, que promueve ampliar el límite agronómico hasta 1.000 metros.
En ese sentido, Mársico visitó la Estación Experimental INTA Rafaela, donde fue recibido por profesionales y especialistas en diferentes áreas, quienes les manifestaron su preocupación sumada a una gran impotencia, por el proyecto sobre fitosanitarios ingresado por el bloque justicialista, que propone una zona de exclusión de 1000 metros desde el área urbanizada, en la cual no se autoriza ningún tipo aplicación con agroquímicos.
“El INTA posee 490 has. propias y alquila otras 222 has. Si prosperara el proyecto del justicialismo, le quedarían solo 20 has., producto de la prohibición, prácticamente ya dejaría de ser una estación experimental. Si no se tendrían los campos para experimentar, se harían investigaciones de oficina, sin datos de la realidad, no es viable. No sería experimental, se convertiría en un instituto de investigación, sin poder llevar a cabo la experimentación” advirtió Mársico.
“Actualmente existen tres tipos de tambos diferentes, en la Estación Experimental, el “robotizado”, primero en instalarse en Argentina, que tiene 60 vacas en ordeño y produce 2200 litros diarios de leche, es demostrativo para aquellos tamberos que quieran cambiar el sistema tradicional de ordeño. El “tambo experimental” único en funcionamiento como tal en todo el INTA del País, tiene promedio 260 vacas lecheras en ordeño y una producción actual de 5.500 litros diarios de leche, se utiliza para ensayos y experimentaciones de los diferentes grupos de investigación. Se llevan a cabo evaluaciones de alimentación y nutrición, reproducción, sanidad animal, ambiente-bienestar animal y genética, respondiendo a las necesidades de la zona eminentemente lechera desde hace décadas. Investigadores del CONICET y de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de Esperanza participan en sus actividades, ya que, no tienen campos experimentales y se trabaja en conjunto” informó Lisandro Mársico.
“También funciona el “tambo biotipo” que tiene 180 vacas en ordeñe y produce 4400 litros diarios. Este rodeo es un ensayo conformado por la cruza de las dos razas lecheras más comunes en el mundo la Holstein y la Jersey; es totalmente pastoril. Se cultiva maíz y sorgo para reservas, generándose información sobre un sistema productivo en particular y el comportamiento de las vacas de cruza” el Concejal pedepista.
Mársico recorrió, a su vez, el “campo agrícola” constituido por 100 hectáreas aprox., en las que se llevan a cabo cultivos anuales (soja, trigo y maíz) y también se les expuso un área (70 hs) que es la superficie más representativa del tipo de suelos que se encuentra en la zona central de Santa Fe, en él se realizan ensayos de evaluación de cultivos de cereales (trigo, avena, centeno, cebada) y los cultivos industriales (soja, girasol, maíz, sorgo, colza). Esto es la evaluación en parcelas, de las variedades ofrecidas por las compañías productoras de semillas (nacionales y extranjeras) para determinar las que mejor se adaptan al ambiente y suelo representativo de la zona. Aquí se hace experimentación e investigación pura.
“Es necesario trabajar con plaguicidas y fertilizantes, sino se utilizan los productos químicos se estaría enmascarando los resultados, no se podrían llevar a cabo las evaluaciones. La Ordenanza propuesta de entrar en vigencia, impediría buena parte de las tareas de experimentación y desarrollo haciendo nula las actividades de los proyectos de investigación, actualmente en ejecución Además imposibilitaría la capacidad de realizar ensayos en parcelas de cultivos industriales (soja, girasol, maíz, sorgo, canola) y de cereales como trigo, centeno, avena. También afectaría los desarrollos e investigaciones sobre cultivos forrajeros para bovinos de leche y carne que actualmente se realizan.”, sostuvo Mársico.
“Los tambos y los campos experimentales desaparecerán, esto es muy grave, un verdadero perjuicio a la investigación, a la ciencia y tecnología; la iniciativa constituye un disparo al corazón al desarrollo productivo del País” sentenció el edil demoprogresista.