Pascual Alejandro Fernández, de 34 años, recibió este lunes una sentencia a prisión perpetua. Fue encontrado culpable de usurpación y homicidio “in críminis causa” por los jueces Juan Peralta (presidente) y Javier Bottero y por el conjuez Carlos Farías Demaldé.
La víctima, Bricio Montenegro, fue encontrado en su domicilio de Av. Italia al 1700, el sábado 24 de agosto de 2019. A las 9 de la mañana, en un operativo realizado por la policía, lo encontraron en un sótano, sumergido en agua y tapado con cubiertas, escombros y otros desechos. Lo estaban buscando desde el martes 20 de agosto. Entres esas fechas, Fernández comenzó a habitar la vivienda en donde vivía la víctima. A menos de 4 cuadras de donde había dejado el cuerpo.
Los fiscales Fabiana Bertero y Guillermo Loyola no pudieron determinar con exactitud cuándo se cometió el homicidio. La funcionaria del MPA detalló que “el médico forense que realizó la autopsia de Montenegro dijo que la causa de muerte fue violencia traumática en el tórax”. Agregó que la prueba incorporada al juicio “nos evidencia un hombre de 80 años asesinado con extrema violencia y en una situación de indefensión, ya que tenía sus manos atadas por la espalda”.
“La autoría del hecho no solo se demostró por las declaraciones de parientes, vecinos y allegados de la víctima”, sostuvo Bertero y añadió que “también por las pruebas objetivas que permitieron confirmar que Fernández provocó la muerte de la víctima”.
La funcionaria del MPA además afirmó que “las cámaras de vigilancia de un comercio lindante a la vivienda en la que fue encontrado Montenegro registraron el ingreso del condenado y de la víctima, y grabaron la salida de Fernández”. Asimismo, hizo hincapié en que “el cuerpo de Montenegro tenía puesta la misma ropa con la que él había ingresado al inmueble”.
Usurpación
Por su parte, el fiscal Loyola explicó que “en el juicio quedó acreditado que Fernández había ingresado ilegalmente en 2018 a la vivienda de Avenida Italia al 1700″. En tal sentido, remarcó que “también se logró acreditar que el condenado ingresó de forma ilegal a una vivienda en la que residía Montenegro, ubicada en calle Edison al 1.300″ y precisó que “este delito lo cometió gracias a que le sustrajo la llave a la víctima”.
Loyola argumentó que “quedó totalmente descartado que el homicidio de Montenegro haya obedecido a algún conflicto previo con el acusado, o que haya sido por dinero”. Finalmente, concluyó que “en el debate pudimos demostrar que Fernández mató a Montenegro para poder ingresar a la vivienda de calle Edison y ocuparla junto a sus hijos”.