José Grassino propone que los concejales cobren la mitad de sus dietas actuales

El precandidato a edil por “Un Futuro Sin Miedo”, dice que la diferencia se puede llevar a comedores y merenderos. Hoy un concejal cobra más de $3 millones.

José Grassino propone que los concejales cobren la mitad de sus dietas actuales
El precandidato a concejal por la lista Un Futuro Sin Miedo, José Grassino

El precandidato a concejal por la lista Un Futuro Sin Miedo, José Grassino, sostiene que en caso de llegar al Concejo Municipal presentará de inmediato un proyecto para reducir a la mitad el salario de las y los concejales, y destinar ese dinero a merenderos, comedores, escuelitas deportivas e instituciones sociales que trabajan en el territorio.

Señala que en la actualidad un concejal recibe un salario mensual de aproximadamente 3 millones de pesos (sueldo neto) lo que significa que si sumamos las diez bancas hoy se podría estar aportando alrededor de 15 millones de pesos al mes para que más niños, niñas y adolescentes puedan ser beneficiarios de alimentos, participar de actividades recreativas, culturales, de contención y de formación.

Vale aclarar que para nuestra provincia la Ley Orgánica de Municipalidades (N°2756) en su artículo 28 establece:

- Las dietas de los concejales podrán ser fijadas por el Concejo Municipal con el voto de las dos terceras partes de todos sus miembros.

En Rafaela hay cientos de merenderos y comedores a lo largo y ancho de toda la ciudad, y si bien muchos reciben ayuda del Estado municipal, lo cierto es que en general no es suficiente y se tiene que recurrir, sobre todo, a los aportes solidarios de la comunidad.

Ante esta situación, y en un contexto en donde cada vez más familias no pueden garantizar el plato de comida diario, Grassino argumenta que es ilógico e injusto que quienes son los representantes de los vecinos y vecinas tengan ese privilegio de ingresos mensuales, cuando además todos sabemos que es una realidad lejana a la mayoría de la clase trabajadora que es la que aporta con su propio sacrificio para sostener esos salarios.

A su vez, la inseguridad aumenta también porque muchos niños, niñas y adolescentes tienen acceso al consumo problemático de drogas y al delito. El trabajo de cientos de personas que sostienen con su esfuerzo voluntario esos espacios de trabajo social es esencial para que encuentren otro rumbo y podamos imaginar otro futuro mejor, construyendo así una Rafaela sin miedo.