En el marco del Mes del Compostaje y de la Ordenanza Nº 5201 de Huertas Urbanas, el IDSR comenzó un proyecto de huerta y compost comunitario en el Hogar Magdalena de Lorenzi, cuyos protagonistas y beneficiarios serán abuelos y abuelas que viven en la residencia.
Es una acción articulada con la Secretaría de Desarrollo Económico, Innovación y Empleo, y la Huerta Agroecológica SISU, que forma parte del programa “Con los pies en la tierra”. Un proyecto que busca materializar huertas urbanas en diferentes espacios de la ciudad y promover la agroecología, el compostaje y el contacto con la naturaleza en la ciudadanía.
El director del Instituto para el Desarrollo Sustentable, Enrique Soffietti, destacó: “La idea es promover la generación de alimentos en la ciudadanía y la soberanía alimentaria. Comenzamos con esta primera experiencia en el hogar. Es un proyecto que tiene una doble finalidad en este caso, no solo procurar el alimento, sinó también que quienes asisten al hogar puedan tener un nuevo objetivo en la vida, conectarse con la tierra y obtener resultados, fruto del trabajo propio”.
Además, “responde al nuevo paradigma de producción agroecológica, sustentable y de alimentación consciente al que tenemos que apuntar a nivel local”, sumó.
Por su parte, el coordinador de Empleo en la Secretaría de Desarrollo Económico, Innovación y Empleo, Pablo Tosetto, mencionó: “Estamos contentos con este programa que se trabaja articuladamente con distintas secretarías e instituciones de la ciudad. Son iniciativas de triple impacto: social, ambiental y económico. Además el acompañamiento lo realizan personas que han iniciado en las mismas condiciones y que hoy cuentan con una huerta productiva. Son experiencias que pueden contagiar a otros y replicarse como oficios en otros espacios”.
Multiplicar las experiencias
“Con los pies en la tierra” es un programa que busca promover un involucramiento activo de las personas en el mejoramiento de su entorno ambiental, llevando adelante una huerta agroecológica que incida positivamente en sus condiciones y modos de vida, favoreciendo el disfrute de las vivencias y placeres cotidianos.
La producción de alimentos, sobre todo verduras, legumbres y hortalizas, y la realización del compost a partir de los residuos biodegradables, se llevarán adelante a partir de técnicas agroecológicas y de la intervención sociocomunitaria.
El trabajo conjunto es la base del proyecto. De iniciativa participan el Pro Huerta de INTA Rafaela proporcionando las semillas, los equipos técnicos del IDSR y las integrantes de la Huerta SISU, un grupo de mujeres que formaron parte de una primera experiencia que se realizó en el DIAT (barrio 2 de abril) y hoy aportan para replicarla.
“Iniciamos este proyecto de acompañar en el desarrollo de huertas urbanas. Es una forma de poder transmitir todo lo que aprendimos y que la misma experiencia que materializamos en el DIAT pueda replicarse en otros espacios y con otros actores”, dijo Mariana de la Huerta SISU.
Adultos mayores
María Alejandra Alderete, directora del Hogar Magdalena de Lorenzi, agradeció la iniciativa por los múltiples beneficios que implica para los residentes.
Las actividades relacionadas con la huerta para personas mayores entroncan a la perfección con la filosofía del envejecimiento activo. Sus beneficios son diversos: permite crear hábitos saludables y comportamientos ambientales en las personas mayores mediante actividades que pasan a formar parte de su vida cotidiana; y favorece la sociabilización de los mayores y el mantenimientos de sus capacidades físicas, mentales y emocionales.
Pero, además, permite seguir aprendiendo nuevas técnicas de trabajo y disfrutar después de unos alimentos de primera calidad, cultivados y abonados por ellos mismos.
El equipo de acompañamiento, ya inició con los primeros trabajos de preparación de la tierra y siembra. Visitará la institución una o dos veces por semana. Las tareas estarán adaptadas a las posibilidades de los abuelos y las abuelas. Irán desde riego, mantenimiento y cosecha de vegetales y aromáticas, y la realización de compostaje para lograr un abono natural que favorezca las plantas.
A futuro proyectarán talleres extras a las actividades diarias que permitan complementar la formación de la huerta: elaboración de pickles, cocina, realización de plantines, entre otros.
Objetivos para el desarrollo sostenible
Rafaela continúa de esta manera respondiendo a los objetivos para el Desarrollo Sustentable propuestos por la ONU.
La agricultura urbana y periurbana y el compostaje son una de las respuestas que los gobiernos locales pueden aportar al ODS 2: “poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible” y al ODS 11: “Ciudades y asentamientos humanos que sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.