El Club Atlético 9 de Julio venció 3 a 2 en los penales a Atlético de Concepción del Uruguay y jugará un partido único ante Atenas de Río Cuarto por el ascenso al Federal “A”, probablemente en la cancha de Belgrano de San Francisco, justo donde el 9 consiguió el segundo ascenso, en 2005.
El León perdió el invicto que tenía durante el Torneo Regional Amateur y cayó 1 a 0 en los 90 minutos, en un partido que tuvo muchas más emociones en el primer tiempo que en el segundo. 9 de Julio perdió el orden en los primeros 15 minutos del juego y en ese lapso, el Decano entrerriano tuvo dos oportunidades claras, con dos cabezazos solos, en el área chica. Se despertó a los 16, cuando Ibáñez desbordó por izquierda, cedió la pelota a Monserrat, quien remató y la pelota se desvió sobre la línea.
Desde los 25 y hasta los 35, hubo otro momento de zozobra: un gol que fue anulado por off side (sin demasiadas quejas) y un centro que pasó por toda el área sin que nadie corrigiera el disparo. Y todo cerró con una contra del Atlético que tuvo que ser frenada con una falta de Maximiliano Martínez. El capitán -que después se iría reemplazado- vio la amarilla, pero pudo ser roja.
A los 40, el 9 tuvo su gran oportunidad. Un penal a favor, luego de una falta cometida a Sebastián Acuña. Toti Monserrat tiró a media altura, a la derecha del arquero Rubén Carrizo, que contuvo sin problemas.
En el complemento, hubo nuevamente una “atropellada” del local, para buscar la victoria que necesitaba para emparejar la serie. Pero lo hacían sin ideas. Finalmente, lo consiguieron en lo que fue la única llegada de todo el complemento: un córner desde la derecha, un cabezazo en el primer palo y por el medio, apareció Nazareno Rodríguez. Así se llegó a los penales.
Muchos creyeron que Carrizo, que le había contenido tres a Ben Hur y en este, a Monserrat, tenía una ventaja. Claramente, no lo conocían a Joaquín Gomez, que finalmente contuvo tres: a Casse, Mosca y Gómez. Para el 9, lo hicieron Maximiliano Aguilar, Gastón Monserrat y Agustín Sequeira, marrando Loboa. Pero a nadie le importó: todo era alegría.