Los concejales de Rafaela analizarán a partir de la semana próxima dos proyectos a partir de los cuales proponen aumentar la antigüedad de los remises que circulan por las calles de la ciudad. Sin embargo, hay diferentes miradas al respecto.
Hay que recordar que históricamente, los vehículos destinados a taxis y remises debían tener un máximo de 10 años de antigüedad. Pero cada vez que hay una crisis económica, se estiran los plazos.
En este sentido, el Concejo Municipal sancionó las ordenanzas N° 5218 y 5418, estableciendo prórrogas, primero por los efectos de la pandemia y luego por la situación general, incluso la última sancionada, establece un régimen de excepción escalonado hasta el 2027, estableciendo en su artículo Nº1 el siguiente cronograma de antigüedades máximas para el recambio de unidades de taxis y remises:
Año 2022: Antigüedad máxima doce (12) años.
Año 2023: Antigüedad máxima doce (12) años.
Año 2024: Antigüedad máxima doce (12) años.
Año 2025: Antigüedad máxima once (11) años.
Año 2026: Antigüedad máxima once (11) años.
Año 2027: Antigüedad máxima diez (10) años.
Las diferentes propuestas
Y sobre esa idea, hay diferentes propuestas. Por un lado, el bloque de concejales del oficialismo propone el siguiente cambio:
Año 2022: Antigüedad máxima doce (12) años.
Año 2023: Antigüedad máxima doce (12) años.
Año 2024: Antigüedad máxima doce (12) años.
Año 2025: Antigüedad máxima trece (13) años.
Año 2026: Antigüedad máxima once ( 11) años.
Año 2027: Antigüedad máxima diez (10) años.”
Dicho de otra forma, se permitirían dos modelos más el año próximo. Pero después se volvería a la ordenanza original (más sus modificaciones).
Diferente es la mirada que se tiene desde el bloque opositor: en este caso, la modificación propuesta sería sobre el artículo Nº 1 inciso a, que quedaría entonces de la siguiente manera: “Los vehículos afectados a este servicio deberán reunir las siguientes condiciones para su habilitación: a)- Ser tipo de automóvil, categoría particular, sedan, modelo de quince años (15) de antigüedad como máximo. Dicho de otra forma: ya no se flexibilizaría de manera temporaria, sino de forma definitiva.
El espíritu que sustenta este proyecto de modificatoria busca aportar una herramienta que flexibilice la normativa para ir en consonancia con los tiempos de crisis actuales, a la vez que dar respuesta a la gran preocupación que genera a choferes y propietarios de agencias que, de seguir con la ordenanza tal cual está, se verían obligados a cambiar de unidad aún si no estuviesen en condiciones de hacerlo, habida cuenta de que los nuevos modelos tienen precios inaccesibles.
Estas cuestiones fueron algunas de las que conversaron los remiseros y dueños de remisería con la concejala Soltermam junto a su bloque de pertenencia. Son alrededor de 40 (cuarenta) remises a los que se les terminaría la habilitación, según la ordenanza vigente, impactando en la vida de más de 70 familias. “Es crucial darle tranquilidad a estos trabajadores, que su esfuerzo esté puesto en la mejora de su servicio y no en cambiar la unidad de modo obligatorio, con las vicisitudes que conlleva meterse en un crédito, por ejemplo”, señaló Soltermam.
Gerardo, un remisero consultado, manifestó que sería una muy buena noticia para él, sus pares y los dueños de agencias, que entenderían en este gesto del legislativo, un empujón, un apoyo, frente a la situación tan difícil que atraviesan. “Tenemos que trabajar mínimo 12 horas porque con un turno de 8 no llegás ni a cubrir los gastos fijos, lejos estamos de poder cambiar las unidades, que no es porque uno no quiera, sino porque no estamos en condiciones, ojalá salga esta modificatoria, sería de gran ayuda”.
Es para destacar que, en distintas provincias y ciudades del país, las leyes ya están yendo en el sentido de lo propuesto, es decir, en extender la antigüedad máxima de las unidades del tipo remises a 15 años. Esto no iría en detrimento de la seguridad de los pasajeros, dado que hay muchas unidades que, aun siendo modelos de los mencionados, continúan con las características óptimas para prestar el servicio, amén de que, en nuestra ciudad, igualmente deben pasar por la Verificación Técnica Vehicular (VTV) y el control vehicular municipal.
Esta es una propuesta anclada en la idea de previsibilidad dentro del derecho, dicen sus promotores, atenta a las necesidades actuales y a legislar, responsablemente, pero con los pies en la tierra y con humanidad hacia quienes brindan un servicio muy necesario.