Marcelo Carlos Tomatis Lucchini, de 53 años, fue condenado por amenazar de muerte con un arma de fuego (cuya tenencia era ilegítima) a una persona y deberá resarcirlo económicamente con 500.000 pesos. A su vez, se le ordenó donar 200.000 pesos a dos entidades de bien público de la localidad de Humberto Primo (departamento Castellanos). En tal sentido, la Biblioteca Mariano Moreno y el Samco recibirán 100.000 pesos cada uno.
La sentencia fue resuelta por el juez Javier Bottero en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos que se desarrolló en los tribunales de Rafaela y la investigación estuvo a cargo del fiscal Martín Castellano. Destacó que “al condenado se le ordenó que deberá realizar trabajos no remunerados en favor de la comuna humbertina por un total de 150 horas”. Por otro lado, agregó que “tendrá que dar cuenta de la asistencia a sesiones de tratamiento psicológico tendiente a controlar la ira y la impulsividad” y señaló que “deberá abonar una multa de 10.000 pesos al MPA”.
Machete y revólver
El fiscal afirmó que “el jueves 13 de enero de este año alrededor de las 8 de la mañana, Tomatis Lucchini desplegó su accionar delictivo en una obra en construcción que está ubicada en calle La Rioja al 200 de Humberto Primo”, y puntualizó que “llevó consigo un machete y un revólver”.
Según relató Castellano, “el condenado sorprendió a un hombre que estaba trabajando y lo golpeó varias veces con el machete mientras le manifestaba que tenía la intención de quitarle la vida”. Al respecto, dijo que “como consecuencia de este ataque, la víctima resultó herida en diferentes partes de su cuerpo”.
Por otro lado, remarcó que “además, el hombre de 53 años gatilló al menos cuatro veces el arma de fuego en dirección a la persona agredida”, y aclaró que “si bien no salieron los disparos, la conducta violenta atemorizó a la víctima”.
Seis armas de fuego
Castellano se refirió además a que “Tomatis Lucchini fue detenido en el marco de un allanamiento en el que miembros de las fuerzas de seguridad hallaron armas de fuego que él tenía en su poder sin la correspondiente autorización legal”.
“En la vivienda en la que residía, el condenado contaba con cinco revólveres (dos calibre 38; dos calibre 32 y uno calibre 22) y una pistola calibre 22″, detalló el funcionario del MPA.