Durante el acto oficial por los 140 años de Rafaela, hubo un tenso momento vinculado al caso que conmovió a la ciudad: el abuso sexual en el Colegio San José a una niña de 7 años.
//Mirá también Descubrieron una placa por los 140 años de Rafaela
En este caso, la mamá, Vanesa Carrasco, aprovechó la oración ecuménica para hacer notar su reclamo, dejando un par de carteles en el atril.
El primero de ellos fue cuando hablaba el pastor Exequiel Navarro, representante de la Iglesia Evangélica “Jesucristo, Mi Esperanza”. En este caso, solamente subió y dejó al pie del atril un cartel que advertía que “las infancias están en peligro”.
Sin embargo, cuando comenzó su oración el obispo Luis Fernández, la tensión llegó a su pico: le mostró el cartel y le dijo “esto tenés que leer”. El prelado intentó seguir, como si no estuviera pasando la situación. Vanesa intentó llamarle la atención, pasando su mano por la mirada perdida del clérigo.
“Mi nena fue violada y se siguen violando”, increpó Vanesa. Fue en ese momento en que se escuchó un leve aplauso. También se acercaron dos mujeres de la parte protocolar, para pedirle que desista en su actitud. “Ya me voy”, le dijo. Pero siguió. “Es una vergüenza. No me mirás porque te da vergüenza”, sentenció. Y los aplausos se hicieron escuchar.
Fue en ese momento que otras dos mujeres se acercaron, la tomaron de un brazo, y bajaron de la explanada del Monumento a San Martín. Luis Fernández siguió su discurso. Como si nada hubiera ocurrido.
Finalmente, esos carteles terminaron como apoyavasos. Quizás una síntesis de lo que muchos hacen con los reclamos.