Rufino amaneció conmocionada, aquel 20 de mayo de 2000: Natalia, la hija del juez Carlos Fraticelli (oriundo de Rafaela, creció sobre calle Bolivar al 900, en pleno barrio 9 de Julio) y la entrerriana Graciela Dieser, apareció muerta en su cama. Apenas tenía 15 años. Pasaron ya 20 años.
Natalia tenía un leve retraso madurativo y tomaba pastillas por unas convulsiones que había sufrido. Aquel 19 de mayo, iba a pasar la noche en la casa de una amiga. Pero el plan se frustró: a las 23 estaba en su casa. Desde ese momento hasta que encontraron su cuerpo, nadie sabe qué ocurrió.
Las primeras versiones había sido un robo que salió mal. Esa fue la versión que dieron Fraticelli y Dieser. Se dijo que la joven había aparecido asfixiada, con las manos atadas y una bolsa plástica en la cabeza. Pero había incongruencias: no había signos de violencia en la vivienda. Nadie había forzado las puertas ni las ventanas, ni se había trepado por las medianeras, para llegar hasta el cuarto de la chica.
Por la tarde, el cuerpo de Natalia se trasladó al Instituto Médico Legal de Rosario. Luis Pettinari fue quien realizó la autopsia, cerca de la medianoche. Ese informe sería clave para cambiar la historia de este crimen.
Pettinari dijo que fue estrangulada. A los cuatro dias, Dieser fue detenida y dos días más tarde, el rafaelino Fraticelli. El juez Carlos Risso los acusó de matar a su hija porque "era un estorbo". El magistrado de Melincué tomó rápidamente un alto perfil mediático.
El delito que les atribuyó fue homicidio calificado por el vínculo que los unía a la víctima y la alevosía. En los análisis que le realizaron a Natalia le encontraron una dosis muy alta del medicamento que tomaba. Para el juez, era la prueba de la intención asesina. Para la defensa, de que había sido un suicidio.
Ese informe de los análisis anatomopatológicos también develaba un punto central de la historia: la fractura del hueso hioides, clave para demostrar el estrangulamiento de Natalia, en realidad había sido provocado en la autopsia. Lo había hecho el forense Pettinari, quien meses después fallecería por depresión, por ese error. Por ende, no había sido estrangulada. El Juez Risso nunca tuvo en cuenta esto. A casi dos años de la aparición del cuerpo de Natalia, el juez de Melincué, Fernando Vidal, condenó a Fraticelli y Dieser culpables del asesinato de su hija. El fallo era pobre: no reconstituía el crimen y no estableció quien ahorcó a Natalia.
Un año después (en 2004), la Cámara de Apelaciones de Venado Tuerto ratificó el fallo. Pero algunos jueces ya decían que los padres eran inocentes e, incluso, uno dijo que no hubo crimen.
Los abogados defensores de Fraticelli y Disier decidieron ir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y en agosto de 2006, se determinó que las garantías procesales de los acusados no habían sido respetadas, tildó de inconstitucional la condena y pidió otro juicio. El fallo destrozó el sistema de investigación penal de la provincia de Santa Fe.
Para noviembre de ese año, de los 5 jueces de la Cámara de Venado Tuerto, cuatros entendían que no podían condenarlos: para dos fue un suicidio y para los otros dos, no había pruebas suficientes y merecían el beneficio de la duda.
El Juez Risso también tuvo un final trágico: falleció en un accidente de tránsito
Fraticelli y Dieser se separaron. Él peleó para recuperar el cargo de juez, del cual había sido separado. Lo logró y se jubiló en 2016 por ese cargo, aunque no volvió a ejercer. También recompuso su vida sentimental.
Dieser vino a vivir a Rafaela en 2008. El 11 de abril de 2012, su pareja se fue del departamento del cuarto piso del edificio de calle Sarmiento 244, casi frente a Tribunales, a las 7. Poco después, su hijo Franco llegó y la encontró en la bañadera, con leves signos vitales. No alcanzaron a trasladarla y falleció en su casa. Antes de ingerir barbitúricos, escribió cartas. Una de ellas, dirigidas al juez que investigaría su suicidio, en donde justificaba su decisión en querer reencontrarse con Natalia. Falleció por inmersión.
El abogado de Dieser era Héctor Superti. Más tarde, sería el ministro de Justicia de la gobernación de Hermes Binner y cambiaría la forma de investigar, para que los jueces no investiguen y condenen. El nuevo Código de Procedimiento Penal, con un sistema acusatorio a cargo de un fiscal y el juicio oral se puso en marcha desde febrero de 2010.