El Concejo Municipal de Rafaela decidió relajar las exigencias que se había autoimpuesto para poder conectarse con la gente. Es que como este año no llegará a cumplir las sesiones "en el exterior" y lejos de exceptuarse sólo para el 2019, lo dejará de forma definitiva.
El Reglamento Interno del Concejo Municipal (en realidad, la resolución N° 2140 de 2016), indica en el artículo 10 que "los concejales deberán sesionar al menos tres veces fuera de Sala de Sesiones, dentro del año Legislativo".
Uno de los déficits que dejó la gestión de Raúl "Lalo" Bonino como presidente es que, a lo largo de este 2019, sólamente "salieron" en dos oportunidades: al autódromo (en donde se dedicaron a "pegarle" a Daniel Ricotti, como Secretario de Servicios Públicos, quien en esa oportunidad oficiaba de anfitrión como presidente de la subcomisión de automovilismo de Atlético de Rafaela) y a la EESO N° 204 "Domingo de Oro".
Claramente, faltaba una sesión. Ese mismo artículo del Reglamento Interno indica que "es potestad del Presidente la elección del lugar y la fecha a realizarse, con la obligación de informarlo como mínimo 2 (dos) sesiones anteriores". Dicho de otra forma: Bottero debía elegir y coordinar en menos de 48 horas un lugar en donde poder ir a sesionar en la última fecha del año y anunciarla en la sesión ordinaria de este jueves. Y con un temario espeso: el Presupuesto 2020.
Con este panorama, se llevó adelante la primera reunión de comisión de esta nueva conformación del Concejo Municipal. Y su primera decisión fue no sólo no cumplir con la exigencia de este año, sino cambiar el Reglamento Interno. Ya no dirá "deberán" sino "podrán". El simple potencial hará que, si es su deseo, no salgan del recinto. Nunca más. Porque ya no hay ni una mínima exigencia.
Es cierto que, salvo contadas excepciones, no fueron populares las sesiones del Concejo fuera del recinto. Tampoco las son las que se llevan a cabo en el sexto piso. Y no por las dificultades para llegar tan arriba, sino porque se hacen en pleno horario de trabajo: a las 9 de los jueves. Pero, sobre todo, lo que no las hace populares son el temario de escasa importancia para la población.
Teniendo en cuenta esto, la decisión del Cuerpo Legislativo está lejos de querer revertir esta situación. Todo lo contrario: apunta a encerrar cada vez más a los representantes del pueblo en sus oficinas.