Durante un allanamiento en la localidad bonaerense de Pilar, el delincuente a quien los efectivos pretendían arrestar abrió fuego y asesinó a un policía. Posteriormente, sus compañeros irrumpieron en la vivienda, confrontaron al agresor y lo abatieron.
El trágico suceso se desarrolló en una casa situada en la confluencia de las calles Los Paraísos y Almirante Brown, en el barrio Villa Astolfi. Según los reportes de los investigadores, el oficial caído fue identificado como Hugo Pérez, un sargento que pertenecía al Grupo de Apoyo Departamental (GAD).
Conforme a lo indicado por fuentes oficiales, el operativo se inició tras la indagación sobre un grupo criminal implicado en una entradera a una exavícola localizada en la Ruta 25, en el límite con Moreno. Tras recibir imágenes del COM de Pilar y efectuar varias labores investigativas desde el Destacamento de Villa Astolfi, se determinó la residencia de uno de los implicados.
Sin embargo, cuando los agentes accedieron a la casa, el sospechoso empezó a dispararles. Este ataque hirió al sargento Pérez, al subcomisario Néstor Sayal y al oficial Fabio Benítez.
Mientras Sayal y Benítez recibieron tiros en los hombros, a Pérez una bala lo hirió en la ingle y dañó su arteria femoral, provocándole una grave hemorragia.
Los policías heridos quedaron tendidos en el suelo, junto a la entrada de la casa. Por su parte, el criminal se encerró en una habitación y continuó su ofensiva.
La totalidad de la agresión fue registrada por cámaras de seguridad del sector, las cuales captaron a varios policías intentando resguardar a sus colegas lesionados, mientras otros se desplazaban por la calle, esquivando balas.
Finalmente, los agentes emplearon una granada aturdidora y consiguieron entrar en la vivienda donde mataron al atacante, sobre quien pesaba una solicitud de captura por robo agravado por el uso de arma de fuego.
Pérez fue trasladado de urgencia al hospital Central de Pilar, donde falleció mientras lo operaban. En cuanto al subcomisario Sayal y al oficial Benítez, fueron derivados a otros centros médicos de la región, donde fueron internados sin peligro de muerte.
