Dieciséis jugadoras del equipo de fútbol femenino del Club de Educación han presentado denuncias por maltrato, acoso y abuso sexual contra su entrenador, Héctor “Chino” Torres. El caso ha generado conmoción y preocupación en la comunidad deportiva local, y se espera que nuevas denuncias salgan a la luz.
En un giro sorprendente, Torres negó las acusaciones atribuyéndolas a “la indisciplina de una jugadora”. Sin embargo, los jóvenes futbolistas han mantenido su postura y han contado sus experiencias a las autoridades.
Las denuncias se presentaron en la comisaría de la mujer del barrio Itaembé Miní la semana pasada, después de una reunión en el club en la que participaron las jugadoras, sus padres y los directivos del equipo. Hasta ahora, se han contabilizado dieciséis denuncias, pero se cree que podría haber más casos que saldrán a la luz en los próximos días.
Las acusaciones contra Torres incluyen maltrato, acoso, abuso sexual y la presunta toma de fotografías de las menores para satisfacción personal. También se ha señalado que el entrenador mostró desprecio hacia la orientación sexual de algunas de las jugadoras.
Úrsula Rodríguez, presidenta del Club de Educación, admitió no haber estado al tanto de las capturas de conversaciones en WhatsApp en las que “Chino” acosaba a las chicas con comentarios inapropiados. Las víctimas, todas ellas adolescentes de entre 13 y 16 años, han optado por mantener su identidad oculta, siguiendo lo establecido por la ley.
Norma, madre de una de las jugadoras, reveló que las jóvenes se sintieron aliviadas cuando Torres abandonó el grupo de WhatsApp que compartía con ellas. Las jugadoras tomaron la decisión de no continuar bajo su dirección, pero sí de seguir en el Club de Educación, donde destacaron el apoyo de la presidenta.
En una reunión con los directivos del club, las menores y sus padres expresaron el hostigamiento y la presión a la que estaban algunas veces por el acusado. Según Norma, Torres obligaba a las jóvenes a vender docenas de alfajores, las explotaba y las sometía a bullying. Además, usaba términos ofensivos y despectivos para referirse a algunas de las jugadoras.
Los padres, en su mayoría, desconocían los mensajes de acoso que Torres enviaba a sus hijas. Norma señaló que ahora tienen evidencia de esos mensajes, que fueron una herramienta fundamental para que las chicas se sintieran respaldadas y decidieran hablar. Algunas exjugadoras que habían callado en el pasado también se han unido al grupo de denunciantes.
Hasta el momento, hay un total de dieciséis denuncias, pero es posible que emerjan más casos de años anteriores. Los padres de las jugadoras están comprometidos en llevar adelante la lucha por la justicia y la protección de sus hijas, y esperan que la verdad prevalezca en este caso.