Cristian Daniel Vargas (29), detenido por el crimen de Antonella Rocío Bernhardt (27) y encontrado in fraganti en el lugar del hecho, lanzó una acusación contra su víctima. Para defenderse apeló a lo que parece ser una vil difamación contra quien no puede defenderse ya.
Imputado por femicidio en el Juzgado de Instrucción Tres de Fernando Verón, se volvió locuaz y dijo: "Fue un accidente".
En un relato contradictorio, aseguró que no hubo sexo, que su víctima quiso chantajearlo, que forcejearon por un cuchillo y que la hoja terminó clavada muy hondo en la garganta de la chica.
"Fue un accidente que no tenía que haber pasado, me aterroricé porque tenía miedo de que mi mujer se enterara de que le fui infiel", finalizó.
Dijo que acudió a Comandante Miño 980, en el Barrio El Brete de Posadas, donde vivía Antonella Rocío Bernhard, quien cumplió 27 años el pasado 27 de marzo.
Reconoció que la conoció mediante un reciente aviso en redes sociales. Antes había dicho que la contactó para trabajar en el catering de la familia de su esposa, Servicios Giselle, cuyo dueño sería Fernando Aquiles, su suegro.
Ahora dice, según el diario El Territorio, que le ofreció hacer un book de fotos en ropa interior y desnudos, por el cual le iba a pagar la suma de $1.000. Una sesión se concretó y ese día del crimen se hizo la segunda, dijo.
Aeguró que su relación fue puramente comercial y que no hubo sexo entre ellos. Y, esto es lo llamativo, sostuvo que su víctima le dijo que lo había grabado y quería dinero o su mujer vería la filmación.
Vargas juró que allí comenzó un forcejeo, donde medió un cuchillo de cocina del tipo Tramontina, que él arrancó el teléfono de la víctima para borrar el material y que en la confrontación el cuchillo terminó clavado en la garganta de la mujer.
"Cuando ella cae, cae con el cuchillo en la garganta, entonces yo le saco el cuchillo y la pongo de costado para que no se ahogue con su sangre", fue el truculento relato de Vargas.