Los baños inclusivos son sanitarios con las mismas características que cualquier otro pero con una diferencia conceptual: no discrimina a las personas por su sexo biológico, por el contrario, incluye a las diversas identidades sexuales.
"Esta no es una idea innovadora de la Facultad, es una de las tantas acciones de las políticas de equidad de género que dentro de las universidades nacionales y de otras instituciones empiezan a pensar y problematizar, como cuestiones que hacen a la protección de derechos, a reconocer en el espacio físico determinadas necesidades particulares que hacen a que los sujetos sientan que puedan habitar ese espacio, sin discriminación", expresó Spasiuk en una entrevista a Radio Libertad.
El objetivo es hacer que todas aquellas identidades disidentes o que no se correspondan con algún género binario, puedan encontrar en estos baños un espacio cómodo y seguro.
Estos sanitarios serán designados de otros ya existentes. Es que la Facultad de Humanidades y la Universidad en general atraviesa críticos problemas de infraestructura producto de la falta de inversión que ha padecido durante años y que se ha profundizado en el último periodo.
"Hay cuatro meses de retraso en los gastos de funcionamiento que obviamente nos complican y nos complejizan. Como teníamos cuentas ordenadas, economías de reservas y recursos propios estamos pudiendo funcionar, pero hay preocupación porque la situación es crítica", contó la decana Gisela Spasiuk.
