El ministro de Economía, Sergio Massa, podría presentarse en la causa que investiga el ataque a Cristina Kirchner a fin de que se profundice la investigación sobre los grupos de odio, considerando que el día de su asunción fue agredido en las inmediaciones de la Casa Rosada. Massa quiere que la Justicia indague acerca de una posible vinculación entre los dos hechos.
La posibilidad de su participación se conoció luego de que se reuniera este miércoles con la vicepresidenta en el despacho del Senado. En en el encuentro también participó el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
En cuanto a los llamados grupos de odio, cabe mencionar que Brenda Uliarte, una de las detenidas por el ataque a la expresidenta, participaba de estos mediante las redes sociales: Instagram, Télegram y WhatsApp.
Además, miembros de esas organizacines estuvieron en la zona del edificio en el que vive Cristina Kirchner unos días antes del ataque. Se trata de Revolución Federal y Nación de Despojados que, entre otras acciones, organizaron escraches contra el ministro de Desarrollo Territorial Jorge Ferraresi, el diputado nacional de la UCR Rodrigo De Loredo y al actual ministro de Economía, entre otros.
Massa, que es representado por el abogado Gregorio Dalbón, fue agredido el 3 de agosto, cuando ingresaba a la Casa Rosada para jurar en el cargo. Entre quienes lo insultaron y golpearon el vehículo en el que se trasladaba estaba Gastón Guerra, integrante de Nación de Despojados.
Leonardo Sosa, de Revolución Federal, había publicado una foto junto a Guerra en el departamento de Ximena de Tezanos Pinto, la vecina de la vicepresidenta que salió en varios medios, el 28 de agosto: un día después del conflicto con las vallas entre Nación y Ciudad, en el que se registró la presencia de Sabag Montiel merodeando a Axel Kicillof.
Por su lado, Uliarte había participado en, al menos, una convocatoria de Revolución Federal frente a la Casa Rosada, el 18 de agosto. En aquella ocasión, los manifestantes prendieron antorchas y arrojaron piedras contra la fachada del edificio. La joven había subido una imagen suya frente a Balcarce 50 en la que se quejaba por la poca participación, pero luego la eliminó. Tras los peritajes, fue recuperada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
La detenida utilizaba varias cuentas en Instagram para interactuar con diferentes personas y una cuenta de Telegram, en donde había conversaciones en grupos de odio. La investigación, ahora, se concentra en ahondar sobre esas charlas y la dinámica de esas agrupaciones.
Vale mencionar que, ante este panorama, no se descartan vínculos con la “banda de los copitos”, como se denominó al grupo que vendía algodones de azúcar junto a Fernando Sabag Montiel y Uliarte. Gabriel “Nicolás” Carrizo, a cargo de dicho emprendimiento, fue quien se comunicó con la joven tras el ataque, además de expresarse con odio en sus estados de WhatsApp y, como si fuera poco, publicó un mensaje amenazante contra Alberto Fernández: “Seguro el próximo sos vos, Alberto, tené cuidado”. Carrizo fue detenido este miércoles por la PSA.
Cómo sigue la investigación sobre el ataque a Cristina Kirchner
“A partir de una noticia, se retroalimentan y comienzan los mensajes violentos. En algunos se evidencia que el objetivo es “eliminar” a las personas contra las que protestan”, dijeron los investigadores sobre los mensajes y contenido que se encontró en el celular de Uliarte.
La jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo pidieron que se trabaje en la reconstrucción de los días previos al atentado, con observación pormenorizada de imágenes, comunicaciones y georeferenciación. De esa manera, buscar establecer circuitos y recorridos, y posibles presencias reiteradas de terceros en torno al domicilio de la vicepresidenta.
Hasta ahora, se pudo comprobar que Sabag Montiel y Uliarte realizaron inteligencia previa. Pero también evalúan si realmente pudieron sostener esa tarea económicamente con la venta de algodones de azúcar o si existió financiamiento.
Por otra parte, se descartó por completo la simulación por parte del atacante. Se debe a la postura de Sabag Montiel que, al verse sorprendido cuando el disparo no salió de la Bersa 32, que estaba apta, tuvo la intención de cargar el arma. Como se encontró su ADN en la corredera queda en evidencia que ejecutó el paso para que la bala caiga en la recámara, además un testigo contó que luego de gatillar, intentó volver a cargar.
Consideran que, por inexperiencia, el brasileño tal vez no utilizó la fuerza necesaria para accionar de forma completa la corredera. En el video en el que se lo ve manipulando el arma, lo hace de forma correcta, pero es probable que lo haya hecho con el cargador vacío, es decir, sin tener la resistencia del plomo en su interior.
Los investigadores no tienen dudas: Sabag Montiel apuntó contra la vicepresidenta para matar. “¿Por qué falló el tiro?”, le preguntaría luego la nueva detenida, Agustina Díaz, a su amiga Brenda Uliarte, que se fue de la escena con la bolsa blanca en la que llevaron el arma.