Al cumplirse 20 años de la asunción de Néstor Kirchner, el referente peronista Juan Manuel Abal Medina aseguró que el “legado” del fallecido expresidente “es mostrar que la política puede transformar de verdad la realidad”.
En una entrevista con este medio, el ladero de Néstor Kirchner y exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner recordó aquellos primeros años del kirchnerismo en la Casa Rosada.
¿Cómo lo encontró 2003, cuando irrumpe Néstor Kirchner?
- Yo era el típico politólogo opinador de la tele; venía de culminar mi doctorado en el año 2000, obviamente seguía militando, pero con un perfil bajo. Y me lo solía cruzar a Néstor en los programas a los que yo iba a opinar. Yo militaba por entonces en el Frente Grande y un grupo de compañeros me dicen ‘Juan, vamos a darle el apoyo a Néstor Kirchner’. La verdad que a mí ya me caía bien y estábamos muy preocupados por lo que se veía en las elecciones, lo de Menem, lo de López Murphy.
Entonces acompañé un mes antes de la elección a un grupo de dirigentes en el que estaba Roberto Feletti, Abel Fatala y otros dirigentes peronistas. Fuimos a darle el apoyo a Néstor y él nos recibió muy cálidamente. Así que trabajé un poco para esa elección y la verdad que tenía expectativas, pero infinitamente menores a las que finalmente ocurrió.
¿Pero tenía un conocimiento sobre el gobernador patagónico?
- Muy poco, muy poco. Sabía el perfil de Cristina, que me gustaba, su rol como legisladora, pero la verdad que muy poco.
¿Cuándo lo empezó a sorprender Néstor Kirchner en el Gobierno nacional?
- Fue el discurso, la respuesta que le dio a Escribano (director de La Nación) que había pronosticado que el Gobierno de Argentina era para seis meses. Ahí empecé a ver que había una cosa realmente distinta y después, obviamente su discurso del 25 de mayo. Yo el 25 de mayo fui uno de los que se acercaron a la Plaza de Mayo. De ahí en adelante me empezó a sorprender. Y obviamente, una vez en el Gobierno, el tema de tirar para atrás las leyes de la impunidad y con el tema de los juicios a los genocidas. Ahí me compró para siempre Néstor.
¿En aquel momento conversaba con su padre (asistente de Juan Domingo Perón al regresar del exilio) sobre la aparición de Kirchner?
- Sí, sí. A mi viejo le gustaba. En ese momento mi familia se dividió: algunos votamos a Néstor, mi viejo y yo, y otros votaron a Adolfo Rodríguez Saá como Hugo Moyano y muchos otros peronistas, que luego se empezaron a plegar a Néstor Kirchner.
¿Cómo llegó, después, a tener tanta cercanía con Néstor Kirchner?
- Terminé muy al lado porque yo era el jefe de Asesores en la Cámara de Diputados, el jefe de Asesores en la Unasur y por aquel entonces también lo acompañaba a todas las actividades que hacía como presidente del PJ. El último año de Néstor yo estaba acompañándolo a la cumbre para lograr la paz entre Venezuela y Colombia; a la reunión del PJ en Chaco; a votar el matrimonio igualitario.
¿Fue entonces cuando la canciller de Colombia, una política de derecha, le agradeció a Néstor su intervención para evitar la guerra con Venezuela?
- Exacto, María de Los Ángeles Holguín era la canciller. Me vino a ver a mí. Yo la conocía porque ella era la representante de la CAF en Argentina. Me vino a ver para decirme que el presidente Santos quería saber si a Néstor Kirchner le interesaría intentar una mediación con Venezuela. En ese momento me pareció una cosa muy difícil, como si ahora dijeran de mediar entre Israel y Palestina. Entonces fui muy cauto a preguntarle a Néstor y él me dijo ‘sí, Juan, hagámoslo ya mismo, arreglá ya y que Santos venga para acá o yo voy para allá cuando él diga’. Al mes logró esa famosa foto en Santa Marta y convencer a Santos que era claramente un presidente de derecha.
¿Qué legado dejó Kirchner?
- El legado principal de Néstor es mostrar que la política puede transformar de verdad la realidad. La política puede, como logró él en pocos años de Gobierno, transformar la realidad de la gente y poner a la Argentina en un sendero de desarrollo económico que lo hizo empezar con ese 22% de los votos e irse con una imagen positiva del 70%.
Él mostró eso, voluntad política. A Néstor lo tuvimos hasta los 60 años, lo que nos perdimos los argentinos porque la segunda presidencia de Néstor hubiese sido un antes y un después.
En Unasur llegó a estar menos de seis meses como secretario general y evitó una guerra, colaboró con evitar un golpe de Estado en Ecuador y logró que países con mayoría de derecha, como Chile y Paraguay, se sumaran a la Unasur porque se explicó que no era una cuestión ideológica sino una construcción regional.