Los casos de Villa Crespo, Tres Arroyos y Florencio Varela tienen más en común que su brutalidad y la tragedia familiar que los atraviesa. En los tres, hubo señales previas en redes sociales que nadie —o muy pocos— supieron leer.
Durante los últimos días, la Argentina fue sacudida por tres crímenes atroces con un patrón escalofriante: una persona con antecedentes o signos de inestabilidad emocional asesinó a parte o a toda su familia y luego se quitó la vida.
Pero más allá del evidente componente de salud mental que los atraviesa, hay un denominador silencioso que los une: las redes sociales como espacio de advertencia no escuchada.
Villa Crespo:
En el barrio porteño de Villa Crespo, Laura Leguizamón mató a su pareja y a sus dos hijos antes de suicidarse. En sus redes sociales, había compartido publicaciones ambiguas, que tras el caso se viralizaron.

El 6 de septiembre de 2015, Leguizamón publicó una foto en su cuenta de Facebook en la que se la veía acostada en una reposera, en la playa, con el libro “Crímenes en familia” sobre sus piernas. En la descripción de la imagen escribió: “Ivo se porta horrible...jua”.
Florencio Varela:
En este caso, el último posteo de Micaela Lator en Facebook antes de matar a su hijo, quien tenía autismo, y quitarse la vida, daba un poco de sospechas de que algo estaba ocurriendo.

“No quiero mucho en la vida, solo una vida mejor para mi hijo”, acompañó esas palabras con una ilustración de una madre abrazando a su hijo. En su muro también había compartido una foto con su tía Silvia, a quien describía como su “segunda mamá”.
Tres Arroyos:
El triple crimen familiar y suicidio en Tres Arroyos que ocurrió en las últimas horas ha llevado a que muchos busquen las redes sociales del hombre identificado como Fernando Dellarciprete de 40 año.

Según publicó Noticias Argentinas, el hombre cambió su foto de portada por una de su familia.