Este 20 de marzo se cumple un año del “aislamiento social preventivo y obligatorio” en todo el país. El presidente Alberto Fernández un día como hoy dispuso una medida extrema para mitigar la expansión del coronavirus. Algunos perecinos nos cuentan sus impresiones.
Danisa Sponton
Es Licenciada en Enfermería. Trabaja en neonatología. “El año pasado, al enterarme del decreto, estaba de vacaciones hacía unos días, y me asusté mucho. Pensé que serían solo 15 días, como sucedió con la gripe A”, relata. Cuando escuchó la gravedad de la situación, se preocupó mucho pero de manera especial por sus compañeras de trabajo, ya que a Danisa le quedaba una semana más para estar en casa. “Mucho miedo por mis compañeras, yo no sabía con qué me iba a encontrar. Al escuchar los audios que me enviaban desde neonatología, donde yo trabajo, me dejaron un poco más tranquila”, comentó.
Cuando se reincorporó al trabajo, los miedos continuaban porque desconocía cómo se transmitía el virus. Se manejaba información diversa sobre la aerosolización, el virus parecía que podía permanecer mucho tiempo en el aire y no sabía cómo cuidarse. “Al principio no se usaba barbijo, después se comenzó a usar. Tampoco teníamos los materiales. Los barbijos comenzaron a escasear y teníamos que usar los artesanales, que no servían. Nos jugaban muchas cosas en contra. Tirábamos alcohol por todos lados. Nos daba miedo el ingreso de padres, médicos”.
“A un año del decreto, seguimos luchando para tener los materiales necesarios”
Danisa no sufrió días de encierro, porque es trabajadora esencial. “Tuve, podríamos decir, un trabajo y medio, porque se sumaron horas. No se me cortaron las vacaciones, pero hubo compañeras que no se las pudieron tomar, y llevan casi dos años sin vacaciones. No tuvimos descanso, ni siquiera nos daban francos compensatorios. Solo un franco por semana, porque el otro lo trabajábamos. Fue un año muy difícil”, expuso.
El área de neonatología, tal como lo cuenta la enfermera, es un área “no covid”, pero los que trabajan en áreas covid, calculan que este año puede ser más duro todavía. “Uno está esperando que no pase lo que está pronosticado”. dice preocupada.
“Colegas mías quedaron mal, con cardiopatía y problemas pulmonares”
Danisa no se iba a vacunar, pero al ver el personal de enfermería que murió, decidió hacerlo. “Colegas mías quedaron mal, con cardiopatía, problemas pulmonares. “Todavía me falta la segunda dosis. Me anoté también para hacer vacunación, porque me gustaría mucho que esto se termine. El miedo a contagiarse, era menor al miedo que teníamos de llevar el virus a la familia. Con mis colegas, teníamos miedo de contagiar a nuestras familias o amigos, que quizá no podrían resistir al virus”, finalizó.
Rubén Alberto Biasoni
Rubén es transportista. “Ese día cuando me enteré del decreto a nivel presidencial, me pareció una cosa increíble, nunca pensé que íbamos a llegar a ese momento. Siempre miraba las noticias y lo que pasaba en Europa, pero jamás pensé que iba a llegar acá y en tan poco tiempo. Tuve susto, y preocupación obviamente por la salud de todos, mi familia, mis hijos, mi señora y mis seres queridos”, dice aún preocupado porque actualmente, la gente está relajada.
Al se esencial su trabajo, tuvo un par de semanas para reprogramarlo. “Me asesoré con médicos, quería conocer la opinión de los profesionales. Hablamos de una pandemia y hay que buscar la manera de llevar esto adelante pero con mucho cuidado. Eso te trae un desgaste psicológico y emocional”, dijo.
“Es preocupante porque no hay que relajarse, la pandemia continúa”.
“Ahora veo los noticieros donde muestran que se empezó con la vacunación y veo que faltan vacunas y eso es más preocupante todavía. El encierro es feo, no estamos acostumbrados a eso y no nos vamos a acostumbrar, pero tenemos que ser conscientes que tenemos que protegernos, es la única manera. Con el cariño de nuestras familias hay que seguir adelante. Es preocupante, muy preocupante”, vuelve a repetir con angustia.
Bibiana Stringhetti
Bibiana es comerciante, y al inicio de la cuarentena, redujeron las horas de trabajo, pero no pararon de trabajar. “No sufrí el encierro, porque nosotros trabajábamos igual, pero no pensé que se iba a extender tanto. Me preocupa todo lo que pasó este tiempo: la gente que se quedó sin trabajo, todos los comercios que no pudieron abrir, a veces es difícil expresar todo eso.
“Me afectó a nivel general, me afecta todo lo que pasa”
Con respecto al encierro, uno ya está grande, y no salimos tanto. Bibiana pudo estar con su familia o con grupos de amigos, aunque en círculos reducidos. “Me afectó a nivel general, me afecta todo lo que pasa, pero personalmente no me sentí tan perjudicada”, remarcó.
Daniel Anfossi
Daniel es jubilado bancario y jubilado docente. Tiene 69 años. “Nos agarró a todos por sorpresa, tanto a ls conductores políticos y a los de salud, para todos fue algo nuevo. En un principio esperamos las acciones del gobierno, que en un primer momento fueron acertadas, pero luego equivocadas a través del tiempo. No se puede cerrar la economía. Hay que cuidar la salud, pero no se puede cerrar nunca la economía, por eso estamos como estamos. Ojalá no vuelva a suceder”, reflexionó.
Para Daniel, la segunda fase, no nos tomará desprevenidos. “Ya aprendimos a cuidarnos con los protocolos necesarios, eso es muy importante. En lo personal, mi encierro fue solamente durante una semana, luego, cuidándome con los protocolos pude salir, hacía las compras, auxilié a mis hijos en lo laboral y gracias a Dios fue todo bien. No es porque sea inmune, pero hay que tener en cuenta los cuidados necesarios. Pienso que mucha gente que se encerró fue en demasía. Hubo ex-compañeros que están encerrados hace más de un año y creo que eso les perjudicó a nivel mental. Hoy hablo con ellos y están completamente salidos de toda razón”, opinó.
“Esto va a continuar, ojalá que no se cierre todo a nivel nacional”
Daniel espera que se pueda trabajar y que la gente ponga los cuidados necesarios, al menos hasta que la vacuna llegue para todos.
María Alejandra Bravo
Alejandra es administrativa. El 20 de marzo del 2020, para ella fue un día inolvidable, no sólo por el anuncio del decreto presidencial, sino porque además celebra su cumpleaños. “Estaba preparando todo para celebrarlo con mi familia, incluso ya había pedido el día en el trabajo. Nos asustamos y no festejamos, nadie se animó a venir porque no se podía circular”, relató.
Alejandra piensa que para nuestra provincia, ese decreto fue muy anticipado. “acá no había casos o había muy pocos y estuvimos mucho tiempo confinados. Yo por mi trabajo era considerada como una de los esenciales, tenía que trabajar todos los días, era muy engorroso tramitar el permiso cada 15 días, circular, no había nadie en la calle, muy poca gente y a veces nos paraban en la ruta para pedirnos los permisos y el documento”, explica.
Para Alejandra fue complicado tener que trasladarse hacia su trabajo. “Si bien había transportes, hubo muchos paros y me tenía que tomar un remis. Fue complicado adaptarse a todo eso, las normas, los nuevos hábitos, el uso de barbijos, la desinfección constante, la distancia, la falta de abrazos, el no compartir el mate, eso costó”
“Dios quiera que la vacuna haga efecto”
Alejandra piensa que la gente tiene incorporado buenos hábitos, pero aún debe tomar conciencia y seguir cuidándose. “Tengo mucha esperanza que algún día podamos recuperar nuestras libertades como antes: poder juntarnos, abrazarnos y saludarnos. Dios quiera que la vacuna haga efecto, que se la pueda colocar todo el mundo y que tengamos defensas”, expresó.