Se filtran imágenes de Kueider contando dinero en Casa de Gobierno mientras era funcionario en la gobernación de Bordet

En medio de las recientes detenciones de allegados al exsenador nacional Edgardo Kueider (PJ-Entre Ríos), medios televisivos nacionales difundieron imágenes del concordiense contando dinero en su despacho de la Casa de Gobierno, junto a una colaboradora. Los registros corresponden a su etapa como secretario General de la Gobernación, durante la gestión de Gustavo Bordet.

Se filtran imágenes de Kueider contando dinero en Casa de Gobierno mientras era funcionario en la gobernación de Bordet
Se filtraron las imágenes de Kueider contando dinero en Casa de Gobierno.

La existencia de estos videos fue revelada por primera vez en 2019 en el libro El Nido, del periodista Daniel Enz, y ampliada en la edición 2024 de la revista ANÁLISIS. Según trascendió en las últimas horas, las imágenes fueron halladas en un pendrive dentro del bolsillo de una prenda de vestir del exsenador, durante un allanamiento en su departamento de Buenos Aires.

En los videos se observa a Kueider contando dólares en efectivo en distintos momentos, mientras una exfuncionaria—de espaldas a la cámara—sostiene una bolsa de papel madera donde él deposita fajos de dinero. Las escenas transcurren en la oficina de la Secretaría General de la Gobernación, ubicada a pocos metros del despacho del entonces gobernador Gustavo Bordet.

En su momento la revista Análisis daba cuenta que “Edgardo Kueider se sobresaltó al recibir un correo electrónico anónimo con un video adjunto. El mismo material fue enviado simultáneamente a Sergio Urribarri, entonces presidente de la Cámara de Diputados de la provincia. Las imágenes evidenciaban que las cámaras de seguridad de su despacho habían sido hackeadas y mostraban los movimientos de dinero que Kueider realizaba con distintos colaboradores. En su oficina se encontraba la caja fuerte de fondos reservados, destinados a la administración de los recursos que manejaba el gobernador Gustavo Bordet”, publicó Análisis en 2019.

El video contenía registros de octubre, noviembre y diciembre de 2018, así como de enero de 2019. En una de las secuencias, Kueider aparecía en una situación comprometedora de índole personal dentro de su despacho. En otras, se lo veía contando sumas importantes de dinero provenientes de fondos reservados.

Por coincidencia, en febrero de ese año debía renovarse la presidencia de la Cámara de Diputados, y por primera vez la continuidad de Urribarri estaba en riesgo. Aunque existía un acuerdo entre peronistas y radicales para desplazarlo, este finalmente no se concretó, y Urribarri continuó en su cargo.

Kueider interpretó el envío del video como un intento de extorsión ligado a esa reelección. Sospechaba que el hackeo había sido obra del Grupo Octógono. Ante esto, contactó al procurador general Jorge Amílcar García y presentó una denuncia. Además, se reunió con Facundo Cabrera, líder del Grupo Octógono, para analizar el material y gestionar un encuentro con Urribarri, con el objetivo de esclarecer su posible implicación.

La reunión se llevó a cabo en un departamento del Grupo Octógono, donde Urribarri negó cualquier relación con los videos. Según su versión, se trataba de una maniobra para dividir al peronismo y debilitar su vínculo con Bordet. En esa misma conversación, Urribarri criticó duramente a la ministra de Gobierno, Rosario Romero, quien había reemplazado a su hijo, Mauro Urribarri, en el cargo.

Kueider también se contactó con el fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes. Le envió el video y luego se reunió con él para expresar su preocupación de que el material se viralizara en redes sociales, generando un escándalo nacional.

Pese a que Kueider presentó una denuncia en Fiscalía, la causa nunca avanzó. Se sospechaba que el entorno de Urribarri y el Grupo Octógono estaban involucrados en la filtración. Sin embargo, el caso fue archivado debido a la falta de tipificación de un delito concreto. Además, Kueider presentó ante la Justicia una versión editada del video, omitiendo las escenas comprometedoras de índole personal, lo que debilitó la denuncia y terminó sellando su destino judicial”.