Si bien la demanda de energía eléctrica por parte de la actividad industrial o grandes comercios se contrajo un 1,9% en el acumulado de los primeros seis meses del año, en el último mes registrado (junio de 2024), el consumo de energía fue un 7,9% menor que en el mismo mes del año anterior.
Este indicador es relevante para evaluar el comportamiento económico, ya que, si las empresas aumentan su consumo de electricidad, se entiende que están produciendo más y, por lo tanto, que la actividad económica está en crecimiento. Por otro lado, si disminuye el consumo eléctrico en el sector privado, se puede asumir que la productividad está disminuyendo.
Rubros más afectados
Además, el informe de la UIER también muestra que la caída en la actividad económica se extiende a otros rubros, como la faena de animales (avícola, porcina y bovina) y la molienda de granos. Por ejemplo, la faena de animales acumuló una caída del nivel de actividad, especialmente en el rubro bovino, que registró la mayor disminución acumulada (-18%). La molienda de granos (trigo, soja y arroz) también muestra variaciones, con la molienda de soja experimentando un pequeño aumento y la molienda de trigo y arroz registrando contracciones.
Impacto local
La disminución del consumo eléctrico en Entre Ríos puede tener varios efectos en la economía local.
Si las empresas reducen su consumo eléctrico, es posible que disminuyan su producción o incluso cierren temporalmente. Esto podría afectar el empleo local y la actividad económica en la región.
Las empresas eléctricas obtienen ingresos a través de las tarifas que cobran a los consumidores. Si el consumo disminuye, sus ingresos también se ven afectados, lo que podría afectar su capacidad para invertir en infraestructura y mantenimiento.
Aunque no es directamente económico, la reducción del consumo eléctrico puede ser beneficiosa para el medio ambiente. Menos consumo significa menos emisiones de gases de efecto invernadero y menos presión sobre los recursos naturales.