La Justicia neuquina autorizó el viernes pasado las salidas laborales del violador Carlos Soñé, el hombre que recibió la condena más alta en la historia de la provincia. Soñé abusó del hijo de tres años de su pareja, el pequeño sufrió una infección y falleció. En medio de la polémica, este jueves el juez de Garantías Diego Piedrabuena remitió todo de nuevo al Tribunal de Impugnación y las salidas laborales de Soñé quedaron en suspenso.
El acusado recibió 30 años de prisión en el 2004, pasó los últimos 17 años cumpliendo esa condena hasta el pasado viernes donde fue autorizado por la Justicia a un régimen de "semi libertad" que le permitía tener salidas laborales y regresar a la cárcel. Como no se dispone de tobilleras eléctricas, el violador sería acompañado por un policía.
El debate se centra en la atención psicológica que no recibió Soñé durante sus largos años en prisión. El preso llegó a pagarse su propio psicólogo, sin embargo el informe criminológico continúa siendo desfavorable. Aquí es donde se complejiza el problema por la reinserción social y la rehabilitación que debe garantizar el Estado.
A pesar de lo que sostienen las pericias, el Tribunal de Impugnación revocó el rechazo del juez Gustavo Ravizzoli y autorizó las salidas laborales que constan de dos permisos por mes. Esto generó la indignación de la comunidad y los vecinos presentaron de forma pública su preocupación por la presencia de Soñé en la zona.
El caso vuelve nuevamente a la justicia y en caso de autorizarlo se deberá aprobar la modalidad y otorgar los permisos a Soñé.