La gimnasia aeróbica deportiva tiene representantes masculinos en Mendoza e Ignacio Domínguez es uno de ellos. El pequeño de tan solo 12 años es uno de los deportistas que representará al país en el mundial 2022 en Portugal y el único varón de su edad que compite en esta disciplina en la provincia.
La gimnasia llegó a su vida de forma natural. Según él mismo contó, le gustaba ver videos en YouTube e imitarlos, y fue así que empezó a hacer sus primeros trucos de forma casi autodidacta en casa o donde tuviera espacio para hacerlo.
Al ver que a Nacho, como le dice su familia, le entusiasmaba la idea de hacer formas con su cuerpo y de experimentar a través del juego, sus papás buscaron un lugar donde él pudiera aprender y estuviera contenido.
Al principio no les fue nada fácil, en todos los lugares a los que iban les decían que no había un deporte así para varones y les cerraban las puertas. Finalmente, dieron con el Centro Aeróbico Maipú (CAM), donde comenzó y continúa entrenando.
A los 6 años dio sus primeros pasos en este deporte y hoy es una de las promesas mendocinas, dicho por su profesora, María Corvalán, quien desde hace años entrena al campeón nacional, Kevin Riveros.
Ignacio entrena de lunes a sábados, de tres a cuatro horas por día. A la mañana va a la escuela y de tarde al CAM. Es que este entrenamiento de alto rendimiento fue el que le abrió las puertas a diferentes torneos como su primero internacional, un panamericano en el que compitió en Buenos Aires en 2019.
Además, es uno de los seis seleccionados de Mendoza para competir en el Mundial de la Federación Internacional de Gimnasia Deportiva (FIG) de Portugal 2022.
En los torneos provinciales no hay chicos de su edad con los que Nacho pueda medir, ya que no hay muchos varones que practiquen este deporte, tanto por desconocimiento como por algunos tabúes. Es por eso que él compite contra su propio puntaje en Mendoza.
Gimnasia aeróbica deportiva para varones
Para que Ignacio sea uno de los seleccionados del Torneo Nacional Federativo de Gimnasia Aeróbica que se disputó en Chubut para viajar a Portugal en mayo, tuvieron mucho que ver con sus padres. Ellos fueron los primeros que notaron que su hijo tenía condiciones para este deporte.
“De chiquito se ponía a ver videos en Youtube, se abría de piernas, hacía la arañita y un montón de cosas más. Entonces con el papá decidimos buscar un gimnasio donde pudieran entrenarlo porque hacía tantas piruetas que nos daba miedo que se lastimara”, recordó su mamá, Natalia Collado.
Ella y el papá de Nacho salieron a buscar un lugar para que hiciera gimnasia artística, pero no lo consiguieron. En todos los gimnasios les dijeron que solo entrenaban mujeres. “Nos cerraron las puertas en muchos lugares por el solo hecho de que era varón”, comentó Collado.
Y en un restaurante, María Corvalán lo descubrió. El niño estaba haciendo sus piruetas y a la entrenadora le llamó la atención y lo invitó a conocer su gimnasio, y así descubrieron la gimnasia aeróbica.
“Nacho empezó y no paró más. El día que entró al club, se enamoró de la disciplina. Y tiene a Kevin (Riveros), el campeón argentino, que es su referente”, recordó María y resaltó que “lo mejor es que empiecen de chiquitos así como él”.
Sobre los pocos hombres que practican la gimnasia aeróbica, María Corvalán comentó que “muchos le tienen idea” y terminan discriminando al considerar que es un deporte para “homosexuales”.
“A veces son los mismos padres que no los mandan porque piensan que es un deporte gay y no es así, para nada”, argumentó la entrenadora. “La categoría masculina es hermosa y si no estuvieran, no podríamos hacer duplas”, cerró.