El pasado viernes una triste noticia conmocionó a San Rafael: un padre que iba en bicicleta junto a sus dos hijos murió, junto a uno de los pequeños, al ser atropellado por Bruno Nicola. Si bien se dio a la fuga, luego fue detenido e iba a ser trasladado al penal provincial, pero la Justicia le otorgó la prisión domiciliaria.
Producto del choque del pasado jueves 19 de enero, Jonathan Grandon (34) y su hijo Facundo (11) murieron, mientras que Abril de 7 años, terminó internada por las heridas que presentaba, afortunadamente fue ya está fuera de peligro y fue dada de alta.
Según tienen acreditado los pesquisas, el joven conductor los atropelló y huyó del lugar dejándolos allí. Mientras que, en la vereda de enfrente, la esposa de Grandon y otras tres hijas de 4, 5 y 6 años fueron testigos de toda la trágica secuencia que dejó como saldo la muerte inmediata del trabajador municipal y su hijo y a la otra pequeña internada en la UTI del hospital local, donde permaneció hasta la tarde del lunes que recibió el alta.
Tras 48 horas del siniestro, el fiscal Fabricio Sidoti, quien quedó a cargo de la investigación, imputó a Nicola por doble homicidio culposo agravado por la fuga. El acusado estaba alojado en la comisaría 38 del departamento sureño e iba a ser trasladado el lunes al penal provincial, pero una audiencia llevada a cabo este miércoles hizo que la causa tuviera un nuevo giro.
La Justicia consideró que no hay riesgo de fuga, ni posibilidades de entorpecimiento para continuar la instrucción de la causa, por lo que entonces el imputado permanecerá detenido en su casa paterna bajo la responsabilidad de sus padres, al menos, hasta que se realice la audiencia por la prisión preventiva.
Cómo fue el siniestro vial en el que murieron padre e hijo
Pasadas las 23 horas de ese jueves y tras atropellar al hombre y sus dos hijos, Nicola huyó rápidamente de la escena, dejando a las víctimas en el lugar. Vecinos de la zona llamaron al 911 y los médicos que llegaron en la ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado constataron que el empleado municipal y el niño ya habían fallecido, mientras que a la pequeña la trasladaron de urgencia a la guardia.
A pesar de su desesperado intento por huir del sinestro, las cámaras de la calle Ruíz Daudet, así como los artefactos de propiedades privadas, lograron captar la escena de cuando el Berlingo escapaba a toda velocidad.
Minutos más tarde y mientras los investigadores intentaban dar con el propietario del rodado en cuestión, el padre de Nicola se presentó en la comisaría 38 y les explicó a los oficiales lo sucedido. Además, les brindó la dirección donde estaba alojado su hijo, lo que permitió la inmediata detención.
Según explicó una fuente policial que trabaja en el caso, al momento de siniestro la calle Ruíz Daudet no habría estado iluminada y ni las bicicletas ni el carrito tenían luces u ojos de gatos que permitieran advertir su presencia, por lo que también se baraja la hipótesis de que el imputado podría no haber visto a las víctimas.
Por otra parte, también se esperan los informes de las necropsias de los fallecidos y del estado de la niña que estuvo internada, con el fin de evaluar las lesiones.