Tras un proceso que se extendió durante dos años, Pocha y Guillermina, las elefantas del Ecoparque, iniciaron el lento camino que tendrá como destino final el Santuario Natural de Elefantes en Mato Grosso, Brasil.
El sábado el gobernador Rodolfo Suárez participó del almuerzo tradicional de la Fiesta de la Ganadería y hacia la tarde regresó rápidamente a Mendoza para estar presente en la despedida de las elefantas.
“Es un ejemplo para el mundo entero lo que está sucediendo en Mendoza”, dijo, mientras los dos inmensos contenedores comenzaban el traslado que en los primeros tramos atravesó el centro de la ciudad para luego acceder a la Ruta 7.
Junto al equipo de veterinarios y empleados del Ecoparque local más los especialistas que las recibirán en Brasil el mandatario mendocino manifestó que “realmente es muy emocionante ver la culminación feliz del trabajo de los cuidadores, de todos los que han trabajado durante dos años para adaptar a los animales y tener todas las circunstancias propicias para el traslado”, resaltó.
Las elefantas emprendieron un viaje de 3.600 kilómetros desde el Ecoparque hasta el santuario que se ubica en el estado de Mato Grosso en Brasil.
El viaje tendrá una duración de 5 días y el equipo que escolta a Pocha y Guillermina está compuesto por profesionales veterinarios del Santuario y del Ecoparque, los cuidadores, el presidente del Santuario, Scott Blais, y los entrenadores, entre otros.
“Están muy calmas, bien adaptadas, ya se han cargado los medicamentos y el alimento para el traslado de cinco días. En la frontera por Foz de Iguazú estará esperando un equipo de profesionales del santuario para acompañar y reforzar al equipo local que viajará con las elefantas”, comentó el secretario de Ambiente, Humberto Mingorance.
“Queda esperar a que lleguen bien a destino; una de las cosas más importantes es que logramos cumplimentar la documentación”, agregó.
El santuario en Brasil tiene cuatro grandes parcelas en las que se dividen los elefantes africanos de los asiáticos y los machos de las hembras.
Pocha y Guillermina son madre e hija, una de 56 años y la otra de 24. Pocha llegó de Londres y Guillermina nació en el que fue el Zoológico de Mendoza, donde ha pasado su vida hasta el día de hoy junto a su mamá y Tamy, su padre, que es otro de los elefantes africanos que vive en el Ecoparque y que posteriormente será derivado al mismo santuario junto a Kenya.