En una conferencia de prensa, Alejandro Gullé procurador de la provincia dijo que, “el chofer de TurBus todavía no ha declarado” aunque admitió que la acusación que pesa sobre su persona tiene una condena mínina de 8 años y una máxima de 25.
“Los testigos refieren que le manifestaron a los gritos de la velocidad y él hacía caso omiso, al extremo que el acompañante, el otro conductor que estaba descansando atrás se levantó para ir y decirle que bajara la velocidad, el hombre evidentemente hizo caso omiso. Ya había tenido dos banquinazos y sin embargo siguió adelante”, detalló el procurador de la provincia.
En cuanto al nivel de irresponsabilidad, Gullé dijo que solamente es concebible en una persona que no se da cuenta de sus acciones. "De todas formas tengo entendido que esta conducta es bastante común porque los choferes lo que quieren es llegar primero que otros ómnibus a la Aduana y a Migraciones y así evitar las esperas muy largas. Si esto es así tendríamos que tomar urgente algunas medidas que impidan estas situaciones", destacó Gullé.
Con respecto a la responsabilidad de los dueños de Tur Bus, Gullé afirmó que en principio no son responsable penales, pero sí civiles. "Para que sea una responsabilidad penal tendríamos que demostrar que el chofer actuó de esta manera por instigación directa de las autoridades de la empresa, lo cual es poco probable”, concluyó el procurador de la provincia
