Guillermo Gutiérrez, integrante de la Cámara de Comercio de General Alvear, explicó que si bien se perdieron animales, "lo que nos preocupa es qué van a comer las vacas, frente a la pérdida de las pasturas".
La falta de alimento de unas 8.000 cabezas de ganado es sólo una de las consecuencias negativas que dejaron los incendios en los campos de Alvear y de San Rafael.
El fuego arrasó con 180.000 hectáreas de pasturas con las que se abastecía a estos animales y a sus crías. Al costo de la recuperación de lo calcinado, los ganaderos tendrán que enfrentar el pago del alquiler de terrenos con forraje y el traslado de los animales.
"Son unos cien ganaderos –entre Alvear y San Rafael- los que van a tener que buscar campos para alquilar y llevar a los animales. Esto genera un estrés para el ganado que hace que las vacas no queden embarazadas. Estamos seguros que vamos a tener la mitad de la producción de nuevas cabezas para el año que viene", analizó Gutiérrez.
El costo del arrendamiento de campos se calcula 3 kilos de novillo por hectárea, más allá de su precio, la preocupación es que va a haber menos producción para pagarlo.