Ana Laura Nicoletti, la Turca, es una de las principales activistas trans de Mendoza, que cuando obtuvo en agosto del 2011 su DNI con su nueva identidad, cerró una etapa de su vida personal y abrió una nueva página en la historia de la provincia.
"Fue el primer documento que se entregó en Mendoza, antes de la ley de Identidad de Género y fuimos tres las que los recibimos en la Argentina en ese momento", contó a Télam.
Además, la Turca fue la primera "Reina de la Vendimia Gay" en 1996 y, al ganarse un lugar como actriz, vedette y dueña de una disco de la comunidad LGBT, su figura se visibilizó más.
Explicó que eso "sirvió para quienes estaban en mi misma situación para demostrar que se puede vivir con dignidad, tener acceso a una vida legal y no clandestina, y para visibilizar y poder explicarle a la gente de qué se trata tener un género distinto a tus genitales".
"Estaban todos los medios del país" cuando le entregaron el DNI y "fue también concientización y visibilización de nuestra problemática; sirvió para acelerar a la promulgación de esa ley", recordó.
Mencionó a Lohana Berkins (1951-2016) defensora e impulsora de los derechos de las diversidades, como la ley de inclusión laboral trans y travesti, de quien dijo: "Ella para hacerse escuchar rompía puertas, paradas de micros".
"Mi militancia pasó por sentarme en el Teatro Independencia, o junto a las damas honoríficas en la Casa Fader", como otro estilo de lucha.
Relató que alrededor de 2008 todavía existía en el código de faltas en Mendoza "el artículo 80 que prohibía a toda persona vestirse con ropa contraria a su sexo y se le aplicaba solo a la mujeres trans, y se pagaba con multa o cárcel, una podía salir de compras y te podían llevar detenida porque estabas haciendo 'una simulación de sexo', mientras que a la mujer policía que tenía vestimenta masculina eso no se le aplicaba".
"Entonces, un grupo de 40 trans hicimos una marcha y llevamos una petición a la Legislatura, nos recibieron los diputados y logramos derogar ese artículo", rememoró.
"Mi posición fue esa: si nosotras queremos derechos de igualdad no nos cosifiquemos yendo con ropas que nos lleven a la prostitución, debíamos presentarnos vestidas como cualquier mujer", afirmó, aunque aclaró que "siempre la travesti, el único escudo que ha tenido para manifestarse, ha sido su cuerpo, y eso siempre la ha mantenido en la periferia".
Ana Laura manifestó que ese fue un punto de disidencia con sus "colegas", y en una reciente marcha por el cupo laboral trans no participó.
"Yo entendía como estrategia que cada una fuera con un uniforme laboral representando diferentes trabajos para que nos empiecen a medir por nuestra intelectualidad y no por nuestra genitalidad. Pero ellas terminaron marchando en portaligas, estereotipándose una vez más 'a la ruta', y me decían que nadie les va a decir cómo vestirse".