Un joven sanjuanino ingresó a Mendoza como repatriado y está cumpliendo con la cuarentena obligatoria de 14 días en un hotel de la provincia. Si bien no tiene síntomas de coronavirus, el encierro afectó su salud emocional y refiere que no recibe la contención correspondiente.
Se trata de Cristian, un sanjuanino que vive en la provincia desde hace cuatro años y regresó porque en Mendoza tiene su trabajo y pareja. El joven había quedado varado en la casa de sus familiares en Pocito, cuando fue de visita en el verano.
Hace unos días pudo regresar, luego de tramitar durante meses el medio de transporte para llegar a la provincia. "Me fui el 10 de marzo a San Juan por 15 días de vacaciones porque no había podido ir a en todo el verano y me agarró la cuarentena allá", explicó el joven al periodista Raúl Adriazola de diario Uno.
Acerca de cómo fueron los días previos al encierro, Cristian comentó: "El viernes 7 de agosto llegué acá a la provincia, vengo de un pueblo al sur de San Juan. Intenté y tramité por todos los medios poder hacer la cuarentena en mi domicilio, pero ni siquiera me escucharon".
"Luego todo se volvió una pesadilla, ya desde el hecho de llegar a la Terminal (de Mendoza), donde en ningún momento me pidieron nada. Sólo me tomaron la temperatura y me hicieron llenar una declaración jurada y eso fue todo. A la persona de Turismo que estaba encargada, le sorprendió que me mandaran a un hotel", relató el sanjuanino.
Los días de encierro en el hotel
Es obligatorio para todos los repatriados cumplir con un aislamiento de 14 días en hoteles y alojamientos dispuestos por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus. Pero hay quienes sufren el encierro y no hay alternativas para estas personas.
"Tengo problemas de síndrome vertiginoso –he tenido dos episodios duros-, tengo cervicalgia, sufro ataques de pánico y claustrofobia. Todo eso ya lo padecía, y me cansé de llamar para pedir que me atendiera un psicólogo, bajé la aplicación 148, de mandé mails, y nadie te escucha", relató sobre sus días en un hotel céntrico.
"Un señor de la habitación de enfrente, está con presión alta, y el dice que nunca tuvo presión alta hasta llegar acá. Consultó a las médicas que vinieron y le dijeron que ellas sólo atienden temas del Covid", manifestó con enojo.
Y agregó: "Si tenés otra cosa, hay que pagarlos vos en forma particular, la atención y cualquier estudio. Un médico privado cobra 900 pesos para venir a verte. Tuve que pedir apoyo a una amiga psiquiatra de La Rioja. Del sistema sanitario de acá, una sola vez me llamó una psicóloga".