El ex jefe de la barra de Godoy Cruz Antonio Tomba, Daniel "Rengo" Aguilera intentó desligarse de la dura calificación que lo mandó el banquillo de los acusados hace casi tres años, cuando se desarrollaron allanamientos masivos en diversos sectores del Gran Mendoza, pero no consiguió despegarse de ser el líder de una banda narco mientras pasaba sus días en la cárcel.
"Nunca vendí drogas ni mandé a vender", declaró Daniel el Rengo Aguilera la semana pasada en una de las últimas audiencias del juicio oral federal que lo tuvo como uno de los protagonistas principales junto con otros dos cómplices y un par de penitenciarios "amigos".
El tribunal integrado por María Paula Marisi, Héctor Cortes y Roberto Naciff lo absolviera, y terminó condenado este miércoles a la pena de 12 años de prisión, a sus 38 años.
Tampoco hicieron lugar al cuestionamiento que hicieron las defensas de la investigación, principalmente, contra las escuchas telefónicas.
Al jefe narco se le impuso una multa de 425.000 pesos y se ordenó el decomiso de autos y motocicletas que fueron secuestrados en los allanamientos.
La investigación que desarrolló la Gendarmería Nacional se basó, en el 2017, principalmente, en escuchas telefónicas. Se inició "espiando" a un hermano de Aguilera –Diego, conocido como el Asesino, quien actualmente tiene pedido de captura también por una megacausa narco–, tras una denuncia anónima que sostenía que el Rengo Aguilera daba órdenes para la venta de estupefacientes.