Si los operadores del gobierno consiguen convencer al peronismo de que acompañen un nuevo intento por reformar la Constitución, no se descarta que en octubre se le pida a quienes vayan a votar que se manifiesten a favor o en contra de esa posibilidad.
Una de las clave puede estar en el resultado de las PASO, en agosto. No está del todo claro qué resultado obtendrá, pero de lo que no hay dudas es que el oficialismo se jugará la última carta posible en el próximo turno electoral de medio término, en octubre, para acordar con el peronismo una posible reforma constitucional más o menos amplia que incluya la posibilidad de reelección de Alfredo Cornejo para el 2019.
De no contar con el apoyo del principal partido de la oposición en esta oportunidad, Cornejo volverá con el asunto de la reforma de la Constitución hacia fines de su mandato, ya sin chances de buscar su propia reelección. Pero la reforma de la Carta Magna provincial tiene un lugar predominante entre los objetivos políticos del gobierno, con un plan A que incorpora la habilitación del gobernador a buscar un segundo mandato -y que viene fracasando ante la negativa del PJ- y con un plan B que se activará en caso de que sucumba el primero: esto es, fuera de escena el urticante asunto de la reelección de Cornejo, el oficialismo expondrá al PJ a definirse sobre la Constitución y a forzar su voto favorable para aprobar la ley de necesidad de la reforma que se materializaría en un referéndum por el Si o por el No en las generales del 2019.
Todo indica, con las señales que deja ver el Ejecutivo y algunos de sus legisladores más influyentes, que Cornejo no se irá de la Gobernación sin antes haber agotado todas las posibilidades a mano para convertirse en el referente del primer gobierno en lograr, eventualmente, un objetivo que se le ha negado a todas las administraciones provinciales desde la recuperación de la democracia a esta parte.
La maniobra en danza lleva consigo asumir, para el propio Cornejo, algunos riesgos. Dependerá en gran medida del grado de aceptación que los candidatos del oficialismo cosechen en las PASO de agosto. Allí el gobierno medirá el poder de su fuerza real y verdadero frente al peronismo. Si la adhesión a los candidatos del oficialismo es abrumadora respecto de la que consigan los peronistas, es posible que Cornejo envíe el proyecto de ley para modificar la Constitución con su firma y forzar a la oposición a su tratamiento y aprobación con el argumento de que no sólo se trata de un aval poderoso a la gestión, sino que ese visto bueno lleva implícito la continuidad de proyecto con el actual jefe de Estado al frente.