21 de mayo: 37 aniversario del desembarco de Gran Bretaña en Malvinas

Por la mañana de ese frío día, en el año 1982 desembarcaron tropas británicas en la Isla Soledad y desde allí atacaron por tierra hasta la rendición final.

21 de mayo: 37 aniversario del desembarco de Gran Bretaña en Malvinas
Arde la Ardent en las aguas del Estrecho de San Carlos\u002E

El día 21 de mayo de 1982 tropas británicas desembarcaron en la pequeña localidad de Puerto San Carlos, en el oeste de la isla Soledad. Desde ahí emprendieron una ofensiva terrestre que concluyó con la rendición nacional.

En Puerto Argentino, a las 8 de la mañana el centro de mando de la III Brigada de Infantería recibe un mensaje urgente del Equipo de Combate "Güemes" establecido en San Carlos, a 80 kilómetros al oeste de Puerto Argentino. Este equipo era el que provocó una mínima y heroica resistencia argentina a cargo de 62 conscriptos del E. C. "Güemes" de la Compañía C del Regimiento de Infantería 25º bajo las órdenes de un Teniente Primero. Con valor enfrentaron el desembarco inglés y con fuego reunido de fusiles FAL abatieron dos helicópteros enemigos y dos más huyeron humeando. Lograron resistir 12 horas frenando el avance de los soldados ingleses, hasta la noche, cuando, amparados en la oscuridad emprendieron la retirada y fueron recogidos por helicópteros argentinos a varios kilómetros, el 24 de mayo.

Soldados del E.C. "Güemes" durante un acto en Malvinas antes del desembarco inglés.
Soldados del E.C. "Güemes" durante un acto en Malvinas antes del desembarco inglés.

A las 8.45 son detectados tres buques en la bahía de Puerto San Carlos, en el extremo noroeste de la isla Soledad, y otro buque al norte de la boca del Estrecho San Carlos. Cinco minutos después se iniciaba el desembarco inglés y el contraataque de nuestras fuerzas. Según las primeras informaciones eran aproximadamente unos 400 marines. Oficialmente, nuestro país confirmaba que las bajas del enemigo fueron las siguientes: tres aviones Sea Harrier y dos helicópteros derribados; un destructor clase Sheffield hundido; un destructor clase Broadsword hundido; una fragata incendiada y hundida; una fragata escorada y al garete; dos fragatas con serias averías. Ese desembarco le habría costado a Gran Bretaña entre 200 y 300 muertos y aproximadamente 1.000 millones de dólares.

Mapa de la Bahía de San Carlos y las primeras posiciones inglesas.
Mapa de la Bahía de San Carlos y las primeras posiciones inglesas.

Al caer la noche del viernes 21, la jefatura de prensa de la gobernación de Malvinas daba a conocer un documento donde, entre otras cosas, decía: 'Durante la noche del 20 al 21 de mayo se configuró un ataque anfibio británico en la zona de San Carlos. Participaron entre doce y catorce buques de distinto tipo. A las seis de la mañana Puerto Darwin fue atacado por fuego naval. Dos horas después entre dos y cuatro aviones Sea Harrier pusieron fuera de servicio tres helicópteros argentinos sin producir bajas: un Chinook, un Puma y un Bell Va-IH.

A las 9.30 un avión Aermacchi argentino hizo blanco en una fragata o destructor, regresando poco después a Puerto Argentino. El piloto dijo que había hecho blanco en no menos de 18 oportunidades.

Línea de aviones Mirage Dagger en el continente, listos
para combatir a los invasores ingleses.
Línea de aviones Mirage Dagger en el continente, listos para combatir a los invasores ingleses.

A las 10.00, personal de comando argentino derribó en la zona de Howard un Sea Harrier, utilizando un proyectil misilístico 'blow pipe'. En la misma zona, un Mirage derribó otro Sea Harrier y otro más a las 15.30. Ese día, la Fuerza Aérea y la aviación naval realizaron siete incursiones contra el enemigo, algunas de ellas con hasta 16 aviones a la vez, logrando hundir dos buques y producir serias averías en otros tres navíos enemigos.

A las cinco de la tarde, una fragata inglesa se hundía envuelta en llamas'.

De todos modos, los ingleses consiguieron establecer una endeble cabeza de playa de unos diez kilómetros por quince. Impedir el afianzamiento de esa cabeza de playa iba a constituir el principal objetivo de nuestras fuerzas.