Una abuela sintió el deseo de ver a su nieta que vive en Pipinas, una localidad bonaerense ubicada cerca de La Plata. Llegó a Retiro y una joven voluntaria de los Juegos Olímpicos de la Juventud la vio desorientada. Se acercó a ayudarla y sorprendida, notó que la mujer no tenía documentos ni plata; sólo sabía que tenía que viajar a Pipinas.
"Me escapé a La Plata para cursar una materia que no puedo perder (porque es la última). En la fila del Plaza en Retiro llegó una señora muy viejita diciendo que tenía que ir a Pipinas", comienza a relatar la joven que admite que "no tenía idea de la existencia de ese lugar".
Una vez arriba del colectivo, Caro notó que Sara, la abuelita, no tenía para pagar el viaje y le prestó su SUBE. Desde ese momento la joven se dio cuenta que a la señora le costaba acordarse de cosas y posteriormente la nieta confirmaría que tiene Alzheimer. Lo único que tenía en claro era que tenía que ir a ver a su nieta.
"Sara estaba cansada e impaciente, cada 5 minutos me preguntaba ‘cuándo llegamos?’", sigue el relato y cuenta que además de estar sin dinero no tenía documentos ni llaves.
Una vez que llegaron a La Plata, la voluntaria de los JJOO de la Juventud pidió ayuda porque Sara se puso mal por no saber exactamente a donde tenía que ir. "Me ayudaron el director de La Terminal, la seguridad del lugar, la policía (ponele) y los chicos que trabajaban en el Ministerio del Interior", detalló en el posteo.
De esta manera encontraron los datos de Sara, le hicieron un DNI nuevo y el director de la Terminal pagó el pasaje para que llegue al lugar que tanto añoraba. "Allá la va estar esperando Jorge (su yerno, marido de su hija fallecida) que fue el único contacto que encontraron los chicos del registro de las personas", detalló la joven.
Agradecida por todo lo que hizo, antes de partir, Sara le preguntó si la iba a ir a visitar a lo de su nieta. Caro compartió este viaje en Facebook para intentar volver a tener noticias de la abuela y el mensaje se viralizó de tal manera que la propia nieta se contestó.
Enterada de lo que ocurrió, la nieta de Sara, Laura Gissi, comentó que nadie sabía que ella había viajado. "La abuela tiene Alzheimer, estaba asustada y sola", escribió en su muro de Facebook.
Allí detalló que la abuela fue recibida por una vecina, Daniela Díaz, pero que ahora "la abuela Sarita ya está conmigo, ahora descansando tranquila en mi casa". Agradeció a cada una de las personas que ayudó a su abuela y tuvo unas lindas palabras para con Caro, la guía de Sarita: "Gracias a Dios te cruzaste en el camino de mi abuela esta tarde, gracias a Dios la miraste y no fuiste indiferente. Nada es casualidad. Gracias por cuidarla tanto, por acompañarla y contenerla".
