El obispo de Jujuy y presidente de la Comisión Episcopal de Ministerios (Cemin), monseñor César Daniel Fernández, compartió sus reflexiones a raíz de la carta enviada por el papa Francisco a los párrocos y sacerdotes con motivo de la fiesta de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars.
En diálogo con el programa de radio Caminos de Encuentro, perteneciente a la Oficina de Prensa y Comunicación de la Conferencia Episcopal Argentina, el prelado, que este martes cumple siete años de haber tomado posesión de la Diócesis, expresó: "Para nosotros, los sacerdotes, fue un regalo inesperado, que quizá solo lo percibimos los sacerdotes. Son esas cosas que le conocemos al Papa. Él cuando percibe que alguien necesita experimentar su paternidad, y a través de él, la paternidad de Dios, busca el modo de estar aún más cerca".
"En conversaciones con nuestros hermanos sacerdotes, hemos experimentado esta situación del regalo inesperado. Realmente nos ha hecho mucho bien", reconoció, y consideró que por medio de su carta, "el Papa manifiesta su deseo de estar cerca de los sacerdotes, y lo hace justamente poniéndose cerca de nosotros, acompañando la vida sacerdotal y comunitaria".
"Esta carta nos la ha hecho llegar realmente en una fecha muy importante; este domingo se ha cumplido el 160º aniversario de San Juan María Vianney, patrono de los curas párrocos y todos los sacerdotes", detalló el obispo. "Antiguamente, este día era solo conocido como el 'Día de los Párrocos', pero el papa Benedicto XVI amplió este día a los sacerdotes", añadió.
"En este día, el papa Francisco se presentó como el padre mayor de todos nosotros para festejar esta jornada. Festejar también conociendo la situación actual que atraviesan los sacerdotes", aclaró Fernández.
En su carta, señaló el prelado, el Papa se refiere al dolor: "La Iglesia ha sufrido este último tiempo la actitud seria y dolorosa de algunos sacerdotes; allí nos propone reflexionar sobre el abuso de conciencia, de poder y también sexual a personas desprotegidas y vulnerables. Esto sin duda ha sido, y es aún, un gran dolor para toda la Iglesia. El papa Francisco se hace cargo de esta situación como lo hace la Iglesia toda".
"El Papa nos quiere decir: 'En esto también estoy al lado de ustedes'. Cuando otro nos mira con desconfianza, no debemos dejar de dar gracias a Dios por la inmensa mayoría de sacerdotes que cumplen su papel y misión evangelizadora", continuó.
"La amplia mayoría de los sacerdotes vivimos en actitud sacrificada, realizando esfuerzos cada día. Estamos al lado de nuestras comunidades haciendo lo mejor que se puede, dando a conocer toda la tarea de la Iglesia. Sabemos y sentimos cercano al Papa. Él está al lado nuestro, caminando junto a nuestros pueblos y misiones", reconoció.
Por otra parte, Francisco "nos habla de la gratitud y del ánimo: nos invita a pensar y sentir que el pecado no nos debe desanimar, porque el bien es más fuerte que el mal. La Iglesia vive todo esto como una oportunidad de purificación. 'Nos baja del pedestal'; todos estamos necesitados de conversión; allí la grandeza del ministerio que Dios nos confío", sostuvo.
"En virtud de las alabanzas, el Santo Padre nos propone ofrecer nuestro ministerio a María, Servidora del Señor, entonces junto a la Santísima Virgen alabar a Dios, en esperanza dentro de nuestros corazones", destacó en titular de la diócesis jujeña.
"Sobre las comunidades, la mejor sugerencia es que cuiden a sus sacerdotes, los aprecien y cuiden en lo que ellos nos pueden dar, que es conocer a Dios; que los alienten y hagan sentir el cariño y cercanía de ovejas que vamos construyendo juntos, este rebaño de Cristo", animó. "La gente se nos acerca viendo en nosotros reflejos de Dios, aún a pesar de nuestras limitaciones. Por ello agradecemos esas limitaciones, sabiendo que un sacerdote es un hombre de Dios, un guía y una fuente de cercanía. Es importante invitar a la oración", concluyó.