En las últimas horas, una nueva polémica envuelve al Vaticano después de la denuncia de uno de los cardenales contra el papa Francisco. Se trata de un posible pago a la organización terrorista Al Qaeda para el rescate de una monja colombiana que habría sido secuestrada en Mali.
El primer pupurado, Angelo Becciu, hizo la presentación ante la justicia eclesiástica, en medio de su defensa tras la acusación de fraude financiero. La denuncia que presentó el cardenal italiano de 73 años apuntó directamente contra el Sumo Pontífice.
Junto a él, hay otras nueve personas que están siendo enjuiciadas por fraude, malversación, abuso de poder, blanqueo de capitales, corrupción y extorsión, aunque remarcaron que son “acusaciones totalmente infundadas”.
La denuncia de Becciu contra el papa Francisco por el pago a Al Qadea
La acusación del cardenal contra el Papa se da en medio del juicio. Allí señaló que el acuerdo con el grupo terrorista Al Qaeda se dio por un monto de un millón de pesos para liberar a una monja colombiana, llamada Gloria Ceclilia Narváez, que fue liberada en octubre de 2021, tras más de cuatro años de cautiverio en el país africano de Mali.
Aunque no especificó si finalmente se pagó un rescate, esta revelación puso de manifiesto la utilización de los servicios de una empresa de seguridad británica, gracias sobre todo a la intermediación de la italiana Cecilia Marogna.
También acusada en este proceso, Marogna había afirmado que fue empleada por el cardenal para actividades de inteligencia destinadas a obtener la liberación de la religiosa secuestrada, y percibió 575.000 euros (unos 600.000 dólares) de la Secretaría de Estado en una cuenta eslovena.
El temor que crece dentro del Vaticano por esta acusación
Si bien la denuncia se hizo sin ningún tipo de fundamento, en los pasillos de la Santa Sede empieza a correr el temor de que empiece una cacería de religiosos para recibir el dinero como parte del rescate.
Cabe recordar que muchas de estas organizaciones criminales tienen vínculos estrechos con jefes de estado en lugares como África o Medio Oriente, donde también la religión musulmana prevalece.