La situación política de Sri Lanka empeora y los ánimos de los ciudadanos se convulsionan cada vez más. Así, en las últimas horas una multitud de miles de manifestantes tomó por asalto la residencia presidencial de Gotabaya Rajapaksa, en el centro de Colombo, exigiendo su renuncia.
La gente traspasó el perímetro de seguridad y ni la actuación de la Policía, que intentó detenerlos con gases lacrimógenos, dio resultado.
Hubo quienes compartieron en directo videos desde el interior de la residencia, en los que se veía cómo se bañaban en la pileta de la casa del mandatario, ingresaban a la cocina para buscar comida y hasta se llevaban la ropa interior de Rajapaksa.
Antes del asalto a la propiedad, el mandatario había abandonado la zona. Un portavoz del Hospital Nacional de Colombo afirmó a los medios de comunicación que tras la situación que se dio al menos 34 personas resultaron heridas.
Tercer mes de protestas en Colombo
Este es el tercer mes de protestas por la crisis. La manifestación de este sábado había comenzado en condiciones normales, más temprano, pero con una buena parte de los manifestantes provenientes de otras zonas del país, que tiene en total una superficie de apenas 65.000 km2.
“Queremos un cambio, queremos que este presidente se vaya”, dijo Lakmal Perera, un trabajador del sector privado que se encontraba entre los cientos cerca del parque Galle Face Green, epicentro de las protestas en Colombo.
Fueron alrededor de 34 las personas heridas, incluidos dos policías, en las escaramuzas que se formaron al momento de ingresar a la residencia. Dos de los heridos estaban graves, mientras que los demás sufrieron lesiones leves, según un trabajador en el Hospital Nacional de Colombo.
“Gotabaya está loco”, “Gotabaya tiene miedo” o “Gotabaya vete a casa” fueron algunos de los lemas que guiaron las protestas.
Las medidas tomadas por el Gobierno de Sri Lanka
El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, llamó a una reunión de emergencia a los líderes de los partidos políticos del país, y pidió además la convocatoria del Parlamento.
Las autoridades impusieron este viernes un toque de queda en varias partes de la Provincia Occidental, donde se encuentra la capital, tras una marcha de protesta organizada por estudiantes universitarios, aunque las restricciones fueron levantadas este sábado tras ser duramente criticadas.
Sin esa restricción, miles de personas llegaron a la capital y, ante la escasez de recursos, muchos abarrotaron trenes y autobuses para hacerse presentes en las protestas, mientras que otros arribaron en bicicletas y a pie.
La Asociación de Abogados de Sri Lanka afirmó en un comunicado que el toque de queda “estaba claramente dirigido a acallar la libertad de expresión y la disidencia”.
Mientras que el director de la Comisión de Derechos Humanos de Sri Lanka, Rohini Marasinghe, afirmó por su parte que estaba “alarmado” por las órdenes dadas al Ejército del país de preparar a las tropas para mantener el orden las calles.
A qué se de debe la crisis política de Sri Lanka
Sri Lanka vive una de las peores crisis económicas desde su independencia en 1948, derivada de la merma de divisas de reservas internacionales y de un gran endeudamiento. Las negociaciones del Gobierno con el FMI son complejas porque ya es un estado en bancarrota.
Colombo anunció en abril que suspendería los pagos de deudas internacionales debido a falta de divisas. Su deuda exterior asciende a 51.000 millones de dólares, de los que debe pagar 28.000 millones para finales de 2027.
El desastre económico provocó escasez de artículos esenciales y la gente tiene problemas para conseguir comida, combustible y otros productos básicos.
La tensión y el descontento aumentó en la isla a finales de marzo, cuando las autoridades impusieron cortes de luz de más de 13 horas, lo que llevó a la población a salir a las calles para pedir la dimisión del Ejecutivo de Sri Lanka.
Rajapaksa gobernó el país durante la mayoría de las dos últimas décadas. El hermano mayor del presidente renunció en mayo a su cargo de primer ministro tras protestas violentas que le hicieron buscar refugio en una base naval. Otros tres familiares habían dejado sus puestos anteriores en el gobierno. Buena parte de la indignación pública se centra en la familia Rajapaksa, a la queacusan de llevar a Sri Lanka al caos con una mala gestión y supuesta corrupción.
Un nuevo primer ministro, Ranil Wickremesinghe, tomó el relevo en mayo para ayudar a sacar a su país de la crisis. Entre tanto, Rajapaksa se aferra al poder pese a las crecientes peticiones de que renuncie.
El presidente de Sri Lanka prometió renunciar
Tras la toma de la residencia presidencial por parte de los manifestantes, el mandatario Gotabaya Rajapaksa prometió renunciar a su puesto el próximo miércoles.
“Para garantizar una transición pacífica, el Presidente dijo que presentaría su renuncia el 13 de julio”, aseguró el titular del Parlamento, Mahinda Abeywardana en televisión nacional.
Con información de EFE
