La atención sanitaria gratuita a extranjeros es un tema sensible que, tanto desde el Gobierno nacional como desde ciertos bloques legislativos, suele llevarse a debate. La comparación con lo que sucede en otros países -cuando son los argentinos quiénes requieren acceso al sistema de salud- es parte del argumento a la hora de analizar la posibilidad de cobrar la atención médica a migrantes.
Salta es la primera provincia que decidió concretar el proyecto con el que tanto otros -por el momento- solo coquetean: cobrará la atención médica que no sea de emergencia a los extranjeros. Para que la medida se ponga en únicamente falta que la Legislatura apruebe el proyecto, que ya cuenta con un decreto.
Otro de los fervientes defensores de la posibilidad de que el servicio médico se cobre es el jefe del bloque Hacemos Coalición Federal en Diputados, Miguel Ángel Pichetto, quien hasta resaltó que “Argentina sigue siendo un país generoso” con relación a la gratuidad del sistema sanitario.
El caso de un argentino asesinado a puñaladas en Bolivia sacudió el debate, ya que, según su novia, el joven falleció cuando le negaron la atención médica de emergencia “por ser extranjero”.
Vía País habló con argentinos que viven o vivieron en países limítrofes para conocer de primera mano cómo funciona el sistema de salud para extranjeros, qué hay de cierto y cuánto de mito alrededor del trato, el costo, y cuáles son las diferencias entre los países vecinos.
En Chile
En el país trasandino el sistema sanitario tiene dos patas: el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y el Isapres, que son Instituciones de Salud Previsional Privadas. Cada persona elige cuál sistema pagar, con un porcentaje que se descuenta de su sueldo.
Natalia M. B. vive hace 10 años en Chile. Hace un tiempo se quedó sin trabajo y debió inscribirse al Fonasa para contar con cobertura médica en la salud pública. Para acceder a esto, “solo se llena un formulario en donde hay que declarar de cuánto es el ingreso económico mensual”.
El Fonasa se rige por Clases, dependiendo el ingreso de las personas. “Yo puse que recibía 200.000 al mes de un alquiler de Argentina, y con eso figuro en Clase A. No pago nada, tengo todo cubierto”.
Y explicó: “Cuando estás trabajando se paga un porcentaje del sueldo, que es mínimo y eso te permite atenderte en públicos y privados. Para las clínicas privadas hay que pagar bonos aparte”. Natalia aclaró que en su situación, la cobertura del Fonasa no le permite acceder a privados, solo a la salud pública, de manera totalmente gratuita.
“No tenía idea cómo era, se dice tanto que todo se paga... Hasta que fui a preguntar al consultorio. Me atienden muy bien, súper amorosos, no hay diferencia entre chilenos y extranjeros”, asegura.
El único requisito para acceder al Fonasa es contar con el Rol Único Tributario (RUT), algo así como un CUIT. Aun teniéndolo en trámite, cuenta para la inscripción. También sirve la visa temporal para residir, que tiene un año de vigencia.
“Si uno no cuenta con Fonasa, paga 25.000 pesos chilenos (26 dólares) en urgencias en las unidades de Servicio de Atención Primaria de Urgencia (SAPU). Pero hay que saber que ingresar al Fonasa es rápido, es llenar un formulario en 5 minutos y contar por qué no puede pagarlo”, comentó.
En resumen, el sistema es igual para chilenos como para extranjeros: ambos pueden ingresar al Fonasa. Solo que el segundo grupo debe acreditar “legalidad” en la residencia mediante una visa o el RUT.
En Paraguay
Silvia O. C. vive hace 30 años en Paraguay y es presidenta de la Asociación de Residentes Argentinos en ese país. Destaca la gratuidad del servicio sanitario para todos y también la provisión de medicamentos básicos. “Todo gratis, sin discriminar nacionalidad”, asegura.
Señala que si bien el sistema público es gratuito, el privado es “demasiado costoso”.
“Para utilizar los servicios solo hay que presentar cédula o DNI para tener constancia de a quién están atendiendo. En ningún momento exigen residencia”, explica.
Acerca de cómo considera que es la atención, comenta que la de urgencias es buena, pero las falencias suelen encontrarse en las especialidades más complejas. “Para tratamientos muy complicados hay que viajar a otros países”, indica.
Carlos F. también vive en la capital paraguaya y concuerda con que “hay hospitales públicos muy buenos, la atención es gratis y los remedios básicos también”. Pero también reconoce que en situaciones más complejas el servicio se encarece, por lo cual muchos optan por viajar. “Las cirugías se cubren en parte, hay cosas que tienen que pagarse y son costosas”, dice. No obstante, la situación es igual tanto para locales como para migrantes.
En Brasil
Oscar J. es el titular de una operadora turística especializada en Brasil, tiene la residencia brasileña y vivió durante años en el Gigante Sudamericano.
Cuenta que allí el sistema de salud no es el mejor, pero sí es gratuito para todos, locales y extranjeros.
“Hay puestos de salud organizados por las prefecturas (municipios). Estos cuidan del día a día de aquellos que no tienen plan de salud. Allí los estudios y atención demoran mucho. Cuando son asuntos más urgentes se tratan en los hospitales federales, que es son más rápidos”, explica.
“Toda persona que necesita se presenta y se atiende, pueden ir sin problemas, no se les cobra nada. El privado es muy caro para todos”, comenta.
En tanto, señala que no es necesario acreditar residencia para ser atendidos. “En época de Covid, en ciertos hospitales, por ejemplo en Recife, hasta había recepcionistas que hablaban español para una mejor atención de los argentinos”, recordó.
Y sostuvo: “Todo es igual para extranjeros y locales. La valoración es exactamente igual. Yo, residente permanente, puedo utilizar los mismos servicios públicos que un brasileño y un turista. Y nadie paga nada”.
En Bolivia
Adriana B. vive en el país vecino hace 4 años y resalta que la hospitalidad del pueblo boliviano la hace sentir como en casa.
Allí los hospitales públicos atienden a los extranjeros gratuitamente, pero según cuenta, hay mucha precarización del sistema de salud. “Los medicamentos son escasos y en general te los tenés que comprar por cuenta propia. A esto se suma que algunas especialidades médicas son pagas, no solo para los extranjeros, sino también para la misma su misma gente”.
Al igual que sucede en Argentina, los hospitales privados son de acceso restringido, no toda la población puede atenderse en ellos.
Adriana habla del sistema de salud boliviano con conocimiento: seis meses atrás tuvo que realizarse una cirugía que fue totalmente gratuita, al igual que los estudios médicos previos que tuvo que realizarse (cardiología, electrocardiograma, rayos x, ecografías, entre otros).
El representante de la Organización Internacional de las Migraciones, Horacio Calle, destacó el cumplimiento de Bolivia al Pacto Mundial suscrito en 2018: “Es un ejemplo a nivel regional de solidaridad con la persona extranjera y migrante y la población altamente vulnerable, saludamos desde la OIM que el Estado Plurinacional de Bolivia a través del Ministerio de Salud hayan priorizado a la población migrante para la atención gratuita a través del Sistema Único de Salud”.